La violencia se puede presentar de distintas maneras y en diferentes escenarios. El más reciente estudio del CEM (Centro de Emergencia de la Mujer) arrojó que en Perú, entre enero y agosto de 2019, 99,700 mujeres fueron víctimas de violencia familiar y sexual; cerca de 35 mil de ellas fueron niñas y adolescentes mujeres. De este grupo, unas 15 mil tienen entre 12 y 17 años de edad, 14 mil entre 6 y 11 años y otras 6 mil entre cero y 5 años.
Al respecto, el Dr. Víctor José Villanueva Blasco, Director del Máster Universitario en Prevención de Drogodependencias y otras Conductas Adictivas de La Universidad Internacional de Valencia (VIU), comentó: “Se ha identificado que la violencia física -como la sexual- prevalece entre los estudiantes de secundaria, existiendo diferencias significativas en cuanto al género. Aproximadamente, una de cada cinco chicas y uno de cada diez chicos han sido víctimas de violencia física y/o sexual durante el año en el que se llevó a cabo el análisis realizado por el área de investigación interno de VIU; es decir, las mujeres tuvieron el doble de prevalencia”.
Entre las circunstancias que influyen en el mantenimiento de las relaciones violentas en adolescentes están la inmadurez emocional, expectativas idealizadas del amor, reciprocidad de las agresiones, baja autoestima, dependencia emocional y poca percepción de la violencia, solo identifican las conductas de maltrato con los casos más graves o de extrema agresividad.
“Hay causas conocidas como los celos, hostilidad, ira, antecedentes de violencia de pareja, actitudes negativas sobre la mujer, actitudes favorables de violencia, déficit en habilidades de comunicación y de solución de problemas, estereotipos de género, autoestima baja, violencia intrafamiliar y un poco apoyo social. Así mismo, resulta imperativo aclarar que existen rasgos de personalidad que actúan como factores de riesgo, tanto para la víctima como para el agresor, pero no son determinantes, es decir, no por tener cierto rasgo va a definir que el adolescente se convierta en agresor”, profundizó el Director del Máster Universitario en Prevención de Drogodependencias y otras Conductas Adictivas de La Universidad Internacional de Valencia.
Tipos de violencia más comunes
ü Física: Comprende cualquier acto, no accidental, que provoque o pueda producir daño a la integridad física de un individuo como lesiones leves o graves. Es fácilmente detectable y los medios para ejercerla implican el sometimiento corporal mediante instrumentos o el propio cuerpo
ü Psicológica: Implica acción u omisión, se hiere a otra persona sin dejar huellas visibles y produce un daño en la esfera emocional. Por lo general, se utiliza en la comunicación verbal en forma de ataque y se presenta en parejas jóvenes mediante comportamientos como exigir, criticar, manipular, controlar, humillar, insultar, no respetar acuerdos, ignorar, descalificar y discriminar.
ü Sexual: Es cualquier tipo de presión física o emocional ejercida por una persona para imponer a otra, actos de orden sexual. Se caracteriza por acciones de sexo forzado, hostigamiento sexual, humillación sexual, inducción a la pornografía o prostitución, tocamientos lascivos o la misma violación. También se define y difiere en cuanto a la percepción que tienen los chicos y chicas de la misma. Se puede relacionar con manoseos, engaños, manipulaciones, chantajes e incitaciones.
Para concluir, Villanueva detalló: “En cuanto al tema de si el contexto familiar está asociado a la violencia en parejas jóvenes, hay que tomar en cuenta las variables de socialización temprana, la experiencia del abandono en la infancia y el hecho de haber presenciado violencia en ese núcleo, sí guardan una relación significativa con la victimización y la perpetración. Así mismo, se ratifica que los modelos educativos familiares de estilo autoritario aumentan las probabilidades de las agresiones en adolescentes tanto para hombres como para mujeres”.