Tomas Angulo: «Una infidelidad puede destruir un gran amor, como un gran amor puede sobrevivir a una infidelidad»

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Para el Dr. Tomás Angulo, especialista en terapia de parejas, desde tiempos inmemorables el engaño sexual o amoroso está vigente y se mantiene tenaz y tan fuerte que siempre está a espaldas del amor, tratando de inmiscuirse o entrometerse en las relaciones de pareja. Lo hacen tanto hombres como mujeres, jóvenes como adultos, homosexuales y heterosexuales e incluso sucede en matrimonios felices y saludables.

Aquí un artículo sobre el tema en mención:

Los engaños o las llamadas infidelidades, tienen mucho que enseñarnos sobre ¿Cómo son nuestras relaciones de carne y hueso? ¿De qué están hechos nuestros estilos afectivos al momento de constituirnos como matrimonio? ¿Cómo convivimos en el día a día con el amor que decimos tenernos?, ¿Cómo solemos enfrentar la decepción de la rutina convivencial?, ¿Cómo afrontamos la perdida de la juventud o la tenacidad sexual?, ¿Cómo somos realmente en la cama y fuera de la cama? y ¿Qué tipo de amantes somos?

Podemos aprender tanto acerca de un engaño o amorío. Lo desagradable es que el aprendizaje está anclado al dolor y la decepción que pueden ser eventuales o permanentes. Incluso pueden dar fin a la relación.

Nadie escapa al inmenso dolor de una traición. Pero no todos logran aprender de ese dolor que trae muchas enseñanzas valiosas para reconstruir una relación. Así como un accidente de tránsito nos obliga a ser más cuidadosos y cautelosos, así mismo las infidelidades pueden enseñarnos a mejorar y construir una nueva relación de pareja. Una mejorada relación basada en expectativas reales y sinceras.

¿Qué aprendemos con tanto dolor?

1-. ¿Qué ignorábamos o desconocíamos de nuestra pareja?

2-. Las necesidades emocionales tan diferentes que teníamos y de las cuales nunca se hablaron en pareja.

3-. Las necesidades sexuales secretas, vergonzosas, y prohibidas que cada uno tenía y de las cuales tampoco se conversaron.

4-. Sentirse pareja no es sinónimo de sentirse familia. Ambos son roles absolutamente diferenciados y apuestos, pero necesarios. Es lo primero que descuidamos en los matrimonios. Somos más padres que hombres y mujeres.

5-. Aprendemos a conocer otras identidades o formas de ser de cada uno. El dolor y la decepción son emociones tan fuertes que nos obligan a reaccionar de una manera impensada pero real y en concordancia a nuestras carencias emocionales.

6-. Nos obliga a explorar dimensiones emocionales y sexuales desconocidas y que serán necesarias probar o experimentar para saber si es lo que realmente deseamos.

7-. Aprendemos la importancia de sentirnos nuevamente seducidos o enamorados. Atrevidos o románticos. Transgresores con nuestra propia pareja.

8-. También podemos identificar problemas personales o problemas de la misma relación de pareja.

Problemas personales: las tres clases de adicción en los hombres y las mujeres: (Hipersexualidad)

  • Adicción al sexo
  • Adicción a la conquista.
  • Adicción al enamoramiento.

Problemas de pareja: El hipercontrol emocional en todos los aspectos de la relación, las peleas permanentes, la competencia por el poder, la falta o ausencia de vida pasional o erótica. La carencia de afecto. Entre otras. 

En este momento, en todos los rincones del mundo, alguien está engañando o siendo engañado.

También están los que anhelan ser infieles y están imaginando como lograrlo sin ser descubiertos. Hombres y mujeres enfrentados a sus carencias emocionales o sexuales.

Por otro lado, un gran grupo de mujeres y hombres viven a la sombra y sospecha de una posible infidelidad. Se levantan y se acuestan vigilando a su pareja. Controlando todos sus movimientos. Interrogando y mapeando sus salidas y encuentros con otras personas, y todo para evitar ser engañados. El miedo a ser engañado sobrepasa cualquier escala de temores. El estado de alerta y de hipervigilancia es notorio en todas las redes sociales. Se crean más cuentas falsas para probar al posible infractor. Las peleas por cuantos like le das a una desconocida o desconocido es el pan de cada día.

También se inician nuevas conversaciones polémicas: ¿Chatear con una desconocida es engañar? ¿Dejas que tu pareja salga con amigas? ¿permitirías que tu pareja converse con su ex? ¿Tener masajes con final feliz es también ser infiel? ¿Conversar amorosamente con una extranjera o extranjero que vive a miles de kilómetros es una infidelidad?

Engañamos consciente o inconscientemente para satisfacer necesidades o carencias muy ocultas o visibles pero que no pueden ser satisfechas con la pareja actual. Tal vez porque nunca se habló de esas necesidades en pareja, ya que no existía ni existe un alto nivel de sinceridad o de autoconocimiento personal de esas necesidades o carencias, o tal vez porque da miedo o vergüenza tocar temas tan profundos o escondidos.

Engañamos de muchas maneras insólitas. Lo explico mejor en mi libro: La infidelidad es mucho más que decir lo siento.

En el cual ofrezco ejemplos que aclaran y esclarecen el tema.

También engañamos porque siempre hemos visto que el engaño era parte de lo que hacían nuestros progenitores o cuidadores. Aquí el engaño no es engaño. Es lo que hacemos en nuestra familia. La falta de valores de lealtad o fidelidad está vigente en este grupo de personas.

Engañamos porque nos atrae la trasgresión y secretismo. Nos gusta jugar a las escondidas, nos encanta mentir y somos buenos mintiendo. El engaño pasó a ser un arte. Por otro lado, el secretismo, mantenernos ocultos y evadir las reglas y estar constantemente en lo prohibido nos activa la dopamina, nos excita de una manera que nos secuestra y nos convierte en esclavos de esta transgresión.

Las infidelidades nunca son iguales, existen tipos de infidelidad, tipos de infieles y también existen diferentes historias de amor, y personas con una mayor comprensión a lo que no entienden. Una infidelidad puede destruir un gran amor, como un gran amor puede sobrevivir a una infidelidad.