El golpismo ha marcado la historia nacional, como expresión de los militarismos de diferente signo político y el accionar de una oligarquía que prefirió proscribir políticamente a sus adversarios.
Las dictaduras en América Latina demostraron en el tiempo, no sólo que carecían de respaldo popular, sino que expusieron a sus líderes a posteriores encausamientos judiciales y a la imposición de sentencias judiciales condenatorias.
En el tiempo, nunca estuvo ausente el debate político e ideológico, por el contrario en épocas dictatoriales, las universidades se convirtieron en el espacio para la difusión de ideas y para la organización política con miras a la toma del poder.
En el Perú, Sendero Luminoso se organizó en las aulas universitarias bajo el influjo de la puesta en marcha de la ley de gratuidad de la enseñanza en los años sesenta, el aumento del presupuesto público y la masificación de la educación universitaria.
La dictadura de Velasco Alvarado que impulsó reformas sociales, no fue capaz de organizar un partido político, optando sobre todo por el asesoramiento de intelectuales procedentes de la izquierda marxista, no comprendiendo que movilizar a las «masas» con recursos del gobierno, eran formas burdas de manipulación política.
La caída del velasquismo en agosto de 1975, no generó ninguna reacción popular o movilización de las masas que supuestamente respaldaban al gobierno.
La llamada segunda fase del gobierno de las Fuerzas Armadas liderada por el General Morales Bermúdez de una manera innecesaria permaneció 5 años en el poder, período en el que en las universidades seguían creciendo los frentes estudiantiles marxistas leninistas, maoístas, moscovitas; teniendo la abierta oposición del movimiento estudiantil aprista.
Las elecciones a la Asamblea Constituyente fueron la gran oportunidad para el debate político, la victoria de Haya de la Torre y el APRA fue amplia, pero no contundente. Los asambleistas del FOCEP, UDP, Partido Comunista Peruano, Partido Socialista Revolucionario y otros representaron alrededor de un tercio de la asamblea. Fue decisivo el papel del PPC y deplorable que Acción Popular y Fernando Belaúnde optaran por no participar en las elecciones de junio de 1978.
La Constitución de 1979 no fue suscrita por los asambleístas de izquierda marxista. Sendero Luminoso decidió el camino del accionar terrorista, en momentos en los que el Perú retornaba a la democracia; por ello un día antés de las Elecciones Generales dejaron sentado su voluntad de insurgir contra el Estado de Derecho. La influencia nefasta de la revolución cubana había marcado a toda una generación, por un lado, las ideas de la Tercera Internacional pro soviética , como a la vez el camino del maoísmo se entrelazaban en los movimientos de izquierda revolucionaria.
Abimael Guzmán desdeñaba las reformas impulsadas, luego de la muerte de Mao Tse Tung y siempre tuvo como propósito imponer el terror en el Perú, tomando como referente la llamada «guerra del campo a la ciudad» y la «revolución cultural» impuesta en un país con más de mil millones de habitantes, distanciado de la URSS y aún no insertado en la economía internacional.
El senderismo nunca tuvo el apoyo de vastos sectores del país, por ello sus militantes no dudaron en asesinar a policías, militares, dirigentes sociales como María Elena Moyano, a más de 1200 militantes apristas y a centenares de campesinos en todo el país. Si la guerra de guerrillas fue el norte del accionar político recomendado por el castrismo y el guevarismo; Abimael Guzmán pretendía ser un líder mesiánico, que honrara la tradición del maoísmo más ortodoxo. Sendero Luminoso debe ser derrotado en el plano de las ideas, en el accionar político y con la movilización organizada.
El 7 de diciembre de 2022, como el 30 de setiembre de 2019 y el 5 de abril de 1992 son la más cabal demostración del golpismo, más allá de las diferencias y circunstancias. El Perú debe dejar atrás el camino del golpismo, de la proscripción política y del fraude electoral. Pedro Castillo nunca deslindó con Sendero Luminoso, a lo largo de su gobierno alentó siempre la convocatoria a una Asamblea Constituyente y el cierre del Congreso.
Pedro Castillo es un violentista por naturaleza y un corrupto por vocación; que incluso en las circunstancias más adversas sigue utilizando el camino de la victimización, del cinismo y la mentira, con el claro propósito de recuperar el poder o crear condiciones para el accionar de los extremistas de izquierda, sólo hábiles para sembrar el caos, la destrucción y la anarquía. El gobierno que preside la señora Boluarte debe ser un período de transición, en el que se creen condiciones objetivas para convocar a elecciones generales, organizadas por organismos electorales presididos por autoridades que merezcan la confianza ciudadana.
El Perú es desafiado en el frente externo, lo que exige respuestas políticas inmediatas a los gobiernos de México, Argentina, Colombia y Bolivia especialmente. Sendero Luminoso debe ser derrotado en el plano ideológico y político. El Perú requiere de partidos con ideario, historia y ejecutoria en la confrontación política con los extremistas de izquierda, hábiles para multiplicar la pobreza y sembrar el caos. La libertad debe ser defendida como valor superior. La amenaza totalitaria se cierne sobre el Perú.
Por: José Antonio Torres Iriarte.