Un plazo de 24 horas dio el secretario general del SINAMSSOP, Teodoro Quiñones, a la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, exigiéndole se retracte del acto difamatorio por el cual calificó de “traidores a la patria” a los profesionales médicos del país, en el mismo medio de comunicación social con las disculpas correspondientes.
Caso contrario iniciará las acciones legales que corresponden en salvaguarda del honor y de la buena reputación ganada por los médicos, señaló.
Mediante carta notarial el secretario general del Sindicato Médico del Seguro Social, informó a la ministra que había tomado conocimiento que, en entrevista radial, tv e internet, había cuestionado a los médicos que no están atendiendo en el sistema público por estar de licencia por factores de riesgo, pero que, si lo hacían en establecimientos privados, atribuyendo injustamente “el delito de traición a la patria”.
Quiñones consideró que esas afirmaciones son difamatorias, porque atribuyen conductas ajenas a la personalidad del médico perjudicando su honor y reputación como persona, profesional y padre de familia, siendo el caso que estos términos denigrantes, trascienden a toda la población en general poniéndola en contra del médico; además que les traslada la responsabilidad o incapacidad del Gobierno a quienes arriesgan su vida en la lucha contra la pandemia. Agregó que este acto difamatorio ha sido propalado mediante medios de comunicación social a nivel nacional e internacional, lo cual ha generado un daño consumado contra esta noble profesión.
Afirmó que estas expresiones no solamente demuestran la animadversión hacia el médico, al generalizar en forma despectiva, sino que hace una acusación muy grave, al asegurar que “los médicos traicionan a la patria”, teniendo en cuenta que la traición a la patria es un delito sancionado con pena de muerte en casos de guerra y de terrorismo (Art.140° de la Constitución Política del Perú); lo cual tiene un impacto negativo en la opinión pública, que ha afectado gravemente el honor y reputación de todos los médicos.
Finalmente, le recuerda que la actividad médica como acto profesional reviste un grado de mayor “sacralidad” en la medida que el trabajo realizado significa mucha dedicación y esfuerzo especial al servicio del prójimo, todo esto sujeto desde sus inicios a principios, códigos y juramentos que afirma: “Dispondré para el enfermo el régimen de vida que, de acuerdo con mi capacidad y juicio, repercuta en su provecho, alejándole del que lo perjudique o hiera” (Juramento Hipocrático).