Si bien la corrupción en el Perú tiene vieja data, también es cierto que jamás en nuestra historia se había hecho tan evidente “tan conchuda” y que a pesar de ello, la corrupción continúa enseñoreada de todas las instituciones tutelares de nuestro país.
Los audios propalados por IDL-reporteros y el portal Gato Encerrado, desnudaron a todo el aparato de justicia en pleno negociados de sentencias y de tráfico de influencias coordinado entre los, supuestamente, encargados de administrar la justicia peruana.
Audios donde se mencionan a congresistas pidiendo reunirse en privado con jueces; jueces poniendo tarifas a fiscales que desean ser ratificados o pidiendo una chamba para su hijita en el bufete del congresista fujimorista Miki Torres, magistrados coordinando fecha y hora para reunirse con “Fujimori” y cobrar cada uno 100 mil dólares; un asesor de prensa que le hace la agenda “tonera” al presidente del Poder Judicial; un presidente del Poder Judicial que luego de producido el escándalo le da vacaciones salvadoras al corrupto juez Hinostroza y, que además, lo premia con la presidencia de otra Sala del Poder Judicial; un empresario que se jacta de entrar a Palacio de Gobierno como en su casa, una lideresa política a quien llaman la señora K que dirige a la Fuerza N° 1, una congresista que despotrica de su agrupación antes de renunciar alegando maltratos y que ocho meses después no tiene reparos en pedir su retorno a cambio de una vicepresidencia; un parlamentario del partido del pueblo que además es presidente de la Comisión Política de su partido, comunicándose con el cuestionado magistrado, César Hinostroza, a quien le dice “amigo”, para coordinar una reunión con el jefe de la Onpe, un jefe de la Onpe que ayuda a una inscripción ilegal al partido Podemos Perú de José Luna; un jefe de la Onpe que es nombrado por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), un vocal del CNM que vende su casa a José Luna por 380 mil dólares; los 10 mil “verdecitos” que pide el ex presidente de la Corte Superior de Justicia del Callao a cambio de ratificar a un fiscal; un Fiscal de la Nación que coordina un almuerzo para ver una posible reunión con un medio de comunicación con el omnipresente e inefable juez César Hinostroza, Hinostroza que llama (otra vez) al empresario automotriz y allegado a la familia Fujimori, Antonio Camayo pidiéndole saber si ya llegaron al almuerzo todos los invitados (periodistas incluidos); una periodista que le hace una entrevista complaciente a Camayo; un periodista allegado a Montesinos que siempre aparece en el lado oscuro de las noticias; noticias que dicen de todo pero nada de que a algún juez denunciado se le haya embargado sus bienes, o de sus cuentas bancarias, ni tampoco dictado detención preventiva.
En pocas palabras: impunidad total para unos jueces, vocales y fiscales que como la mafia siciliana han formado “familias” y se tratan como “hermanos” y se protegen entre ellos. Ellos son los que han secuestrado nuestra libertad y que todo indica que nada cambiará
Ahí lo dejamos.