Una celebración costumbrista ancestral que unifica a todos los pueblos y comunidades que ocupan la región nororiental, compartiendo y festejando un rosario de expresiones, vivencias, tradiciones y cultura viva. Todo ello se realizó dentro de la XII Semana Turística de Amazonas el escenario fue en la plaza central San juan de la Frontera de Chachapoyas.
Este año superaron todas las expectativas de recepción de turistas nacionales y extranjeros que se dieron cita a esta región en donde las visitas superaron a más de 40 mil visitantes durante toda la semana festiva en esta región verde del país. Con esta cifra superaron fácilmente con respecto del año pasado donde también visitaron cerca de 30 mil visitantes.
Un colorido y alegre despliegue de cultura y tradición se desprendió en la “Fidelísima Ciudad de los Chachapoya”. Y es que fue sede central de la tradicional y popular gran fiesta de los pueblos; el Raymillaqta, donde diversas danzas, ritos y costumbres se congregaron – la primera semana de junio – para presentar un rosario de expresiones culturales, en agradecimiento a los astros y dioses que les regalaron buenos siembras y cosechas durante todo el año.
Todo ello se realizó dentro del marco de la XII Semana Turística de Amazonas siendo el Raymillaqta, la celebración más importante, que nos trasladó hacia su pasado histórico, demostrando que aún se mantiene intacta su cultura viva a pesar de los años, la cual fue recuperada desde 1997.
Desde ese tiempo, los protagonistas de esta fiesta pueblerina son las comunidades nativas, campesinos y aldeanos que proceden de provincias y distritos de la región nororiental.
Sus coloridos trajes típicos, su melodiosa y diversa música y múltiples danzas originales despertaron la identidad e integración de todos los ciudadanos de Amazonas, sumándose a esta fiesta más de 40 mil turistas y visitantes atraídos por la cultura, júbilo y misticismo.
Y es que la pasión de esta región por prevalecer sus costumbres, compartiendo sus diversas tradiciones es una muestra fidedigna que posee un gran legado cultural. Todo ello contemplado por los bellos atractivos turísticos de la espléndida región amazonense, siendo complementado por su exquisita y incomparable gastronomía.
Así se vivió y sintió la fiesta de los Chachapoya. Una demostración de honor, fervor y jolgorio, cuya celebración pretende recuperar, mantener y unificar las tradiciones y costumbres de todos los pueblos de esta región. ¡Hasta el próximo año!