-Llevando máscaras y repartiendo caramelos a los transeúntes, familia Manchego Morello demandó a institución educativa a reconocer alquiler y propiedad de dos inmuebles que comparten desde hace diez años
-Locales de más de 500 M2 cada uno, se encuentran en la Av. Arequipa 986 y en la Av. Garcilaso de la Vega 950 -958, respectivamente. Ambos predios valorizados en más de tres millones de dólares.
Como si fuera una fiesta adelantada por Halloween. Esta mañana, un grupo de personas, portando máscaras y repartiendo caramelos a los transeúntes, protestó contra la Universidad Tecnológica del Perú – UTP, en el frontis de su sede ubicada en el cruce de las avenidas Petit Thouars y 28 de Julio, en Lima.
«Desde hace aproximadamente diez años, mi familia y la UTP somos dueños de dos locales en Lima. Cada uno propietario del 50%. De buena fe, les alquilamos nuestra parte. Sin embargo, hace más de un año, resolvieron unilateralmente el contrato. Hoy, además de no pagar el alquiler, pretenden no reconocernos como co – propietarios», manifestó Sara Manchego, representante de la familia y de la sucesión Manchego Morello.
Sobre los inmuebles, el primero está ubicado en la Av. Arequipa 986 – 990 y es de 530 m2 de terreno. El segundo se encuentra en la Av. Garcilaso de la Vega 950 -958, esquina con la calle Pedro Dávalos Lisson 115 – 119 y es de 516 m2.
Ambos predios están inscritos en los Registros Públicos de Lima y según tasación, juntos valdrían más de tres millones de dólares.
Durante la singular protesta, la Dra. Amelia Pajuelo, abogada de la familia, informó que el caso se encuentra en el Primer Juzgado Civil de Lima de la Corte Superior de Justicia de Lima y agregó que la intención de su patrocinada ha sido en todo momento buscar la conciliación y el diálogo para la división y partición de los inmuebles.
Sin embargo, pese a las reiteradas cartas notariales, tanto la institución educativa como el grupo empresarial Intercorp, dueños absolutos de la Universidad Tecnológica del Perú, no se han pronunciado. Su respuesta ha sido el silencio, puntualizó la letrada.