A 14 meses de operaciones por parte de ingenieros peruanos, el satélite PerúSAT-1 ha logrado recuperar el monto de su inversión: la producción de imágenes satelitales alcanzó un retorno cuantificable de 778 millones de soles, monto que supera a los 628 millones de soles de inversión del Estado peruano para su adquisición.
La cuantificación del retorno de la inversión se basa en identificar los beneficios obtenidos hasta la fecha y realizar su valorización. Hasta el momento, se han identificado beneficios en dos rubros: la producción de un archivo de imágenes, y la entrega gratuita de las mismas a diversas instituciones públicas para sus diversas tareas, lo que representa un significativo ahorro al Estado peruano.
Precisamente, la Agencia Espacial del Perú mostró una serie de impactantes imágenes captadas por el satélite y que demuestran su contribución a diversos aspectos del desarrollo nacional, como imágenes de la cuenca del río Rímac y su problemática, las áreas deforestadas de Madre de Dios, las zonas afectadas por las lluvias en Piura y Tumbes, el nivel de los ríos de Iquitos y Pucallpa, la pérdida de glaciares de la Cordillera de los Andes, y hasta fotos de la Estación Peruana en la Antártida; entre muchas otras.
Una meta de la institución es masificar el consumo interno de imágenes satelitales e iniciar la comercialización en el mundo, además del intercambio de servicios con otros países. Una imagen básica captada por satélite podría llegar a costar en el mercado internacional más de 2 mil dólares.
CONIDA custodia objetos caídos del espacio en Puno
De otro lado, la Agencia Espacial del Perú también exhibió los cuatro objetos esféricos que cayeron desde el espacio sobre unos parajes de la provincia de Azángaro, en Puno, y que actualmente se encuentran en custodia en el Centro Nacional de Operaciones de Imágenes Satelitales (CNOIS), ubicado en Pucusana. Cabe indicar que una quinta esfera fue ubicada recientemente también en Puno y será trasladado próximamente a Lima.
Estos cuerpos aparentemente son tanques de combustible de algún satélite o lanzador satelital que se fragmentaron durante su reingreso a la atmósfera en su caída. Una vez ubicados, se coordinó con el Centro de Operaciones de Emergencia Regional de Puno para aislarlos y evitar su manipulación.
Se ha coordinado con la Cancillería para que a través de la Oficina de las Naciones Unidas para los Asuntos del Espacio Ultraterrestre se pueda determinar quién es el propietario de estos objetos.