El Papa Francisco invocó a todos los sacerdotes, religiosos y seminaristas a ser portadores de la comunión y unidad para afrontar un mundo fragmentado.
Durante una reunión con religiosos del norte del país, en Trujillo, el Papa Francisco sostuvo que las divisiones, guerras y aislamientos “los vivimos también dentro de nuestras comunidades”.
“En un mundo fragmentado que nos toca vivir, que nos empuja a aislarnos, somos desafiados a ser artífices y profetas de comunidad. Porque nadie se salva solo. Y en esto me gustaría ser claro. La fragmentación o el asilamiento no es algo que se da ‘fuera’ como si fuese solo un problema del mundo”, afirmó.
«Jesús los envía a ser portadores de comunión y de unidad, pero que a veces parece que lo hacemos desunidos y lo que es que peor, muchas veces poniéndonos zancadillas unos a otro (…)”, agregó.
En otro momento, el Papa Francisco recomendó a los sacerdotes reunidos en el Colegio Seminario San Carlos y San Marcelo, combatir la arrogancia y la vanidad con la «risa».
«La risa nos salva del neopelagianismo auto-referencial y prometeico de quienes en el fondo sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros», indicó.
«Cuidémonos de esa gente tan pero tan importante que, en la vida, se ha olvidado de sonreír», agregó el Sumo Pontífice.
El Papa Francisco también exhortó a los sacerdotes «a no olvidar, y mucho menos despreciar, la fe fiel y sencilla del pueblo».
«No se vuelvan profesionales de lo sagrado olvidándose del pueblo, ni pierdan la memoria y el respeto por quien les enseñó a rezar (…)», acotó.
(Fuente: Andina)