«MUJERES CAJAMARQUINAS»; Josefita (Chepita) Ramirez Moreno. Por: David Lezama

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LA MARINERA: DE CAJABAMBA PARA EL PERÚ Y EL MUNDO

El 6 de abril del año 1800, nace en la hacienda Calluán (jurisdicción del distrito de Cachachi, provincia de Cajabamba, departamento de Cajamarca, Perú), doña Josefita Ramírez Moreno, más tarde conocida cariñosamente como Chepita Ramírez. hija de Vicente Ramírez Alva y Rosalía Moreno Fuentes. Dice la historia, que don Vicente llegó a la hacienda Calluán venido desde La Asunción (Cajamarca), en busca de comprar una hacienda cercana al Valle Condebamba, pero bastó con conquistar el corazón de una de las hijas de Los dueños del citado patrimonio que fueron Don Joaquín Moreno Egusquiza y doña Josefa Fuentes Linch, y por lo tanto, ya no hubo necesidad de comprar hacienda alguna.

Chepita crecía hermosa en gracia, talento, salud y mágico encanto de la danza y el arte. En su casa de Calluán fue nutriéndose de la educación y cultura impartida por sus padres, porque en aquel entonces no había estudio escolarizado.

En diciembre de 1823, Simón Bolívar, después de estar varios días en Cajamarca debería retornar a Trujillo por la ruta de Cajabamba a Huamachuco. Don Joaquín Moreno Egúzquiza, abuelo de Chepita Ramírez y dueño de Calluánn, invita a Simón Bolívar a pernoctar esa noche en su hacienda. Chepita tenía para entonces 23 años de edad, su gracia era sin par, tanta belleza que no podía pasar desapercibida por Los ilustres visitantes como eran don Simón y los generales Agustín Gamarra y José de la Mar (quienes después fueron presidentes del Perú), y un buen grupo de autoridades de Cajabamba, así empezó una amistad entre el libertador que caía rendido ante la rústica belleza de una campesina, que con su juventud supo ganarse la preferencia del general Simón.

Después de la cena no podía faltar la sobremesa y posterior jarana, por ello se solicitó a Chepita que ofreciera lo mejor de su arte para deleitar a Los visitantes, su mamá Rosalía Moreno al piano interpretaba la música de ese tiempo, y Chepita danzaba como solo ella podía hacerlo, y en medio del singular espectáculo junto a uno de sus hermanos, interpretó aquella danza que por esos tiempos se llamaba La Resbalosa, y se lo bailaba batiendo pañuelos al aire.

Ahora se le conoce con el nombre de marinera. Tanta gracia y belleza del baile que el mismo Bolívar se puso a danzar pañuelo en mano, lógicamente teniendo como pareja a la Chepita, los invitados quedaron sorprendidos. Luego del baile, ambos se sentaron en un lugar apacible de la sala para conversar ahondando aún más la mutua simpatía que entre ambos despertó y, el baile continuó.

El 1 de Mayo del año siguiente (1824), segunda visita de Simón Bolívar a Cajabamba, pero esta vez desde Huamachuco, aquí se recuerda el desplante que hizo Bolívar al pueblo cajabambino al no aceptar la ceremonia de recepción preparada en la entrada del pueblo. Estuvo 15 días en compañía de Chepita.

Domingo 9 de mayo, el General Bolívar seguía en Cajabamba, fue invitado a una saca de papas por Máximo Alcalde, quién era dirigente comunal de Pampa Grande (muy cerca de Cajabamba), concurrencia que fue comprometida. La asistencia fue con sus generales del ejército acantonado en Chuquibamba (Cajabamba), se sirvió como abre apetito las quijadas y las vísceras de los cuyes fritos, acompañados de cancha, ñuña y rocoto molido en batán con berenjena soasada, se círculo la chicha de jora servida en cántaros. El almuerzo se sirvió a la sombra de una planta de capulí, no podían faltar cuyes guisados y fritos, cecinas shilpidas con sus huevos sacudidos lejos lejos y, papas sancochadas sin calzón, es decir sin cáscara.

La jarana fue subiendo de tono y el baile no se hizo esperar, aquí al pie del capulí danzaron la sabrosa resbalosa; el genio militar, el tesón, el espíritu guerrero, y la imagen de conquistador de corazones, contra el genio artístico, gracia, donaire y elegancia de Chepita, dejaron en la pista de baile lo que cada cual sabía hacer mejor.

Después de la resbalosa comenzó el remate con la Cashua, que es una degeneración de Calluán. Fue en este remate que a Chepita se le escapó la sandalia de raso, y uno de sus pies quedó descalzo, muy lejos de amilanarse o detenerse por el percance, descalzó la otra sandalia y continúa bailando descalza. Después de este contratiempo, el general en muestra de sumisión al arte y a la artista, buscó las sandalias, las limpió con su propio pañuelo e hincando una rodilla en el suelo y dejando la otra genuflexa, ante la mirada incrédula de la dama, le solicitó sus delicados pies, fue calzándolos al mismo tiempo que decía: ¡Triunfamos Chepita! ¡Triunfamos General! La dama, con el fin de guardar el equilibrio, dejó posar sus delicadas manos sobre los hombros del General. El sello indeleble de este pasaje histórico, así como el galanteo del libertador, uso del pañuelo, rodilla al piso, posar las manos o el pañuelo sobre el hombro de la pareja, el zapateo punta y talón, bailar descalza y, la rendición del hombre al arrodillarse frente al triunfo de la mujer, quedó grabado para siempre en la marinera. Así, aquí en cajabamba nació este hermoso arte de danzar.

Muy lejos de Calluán, el joven militar Domingo Casanova, que era Teniente Asistente de Simón Bolívar, era el adelantado que siempre precedía las llegadas del General a los lugares donde debería fijar su estancia. Al llegar a Calluán un día antes que el general Bolívar cuando éste hizo su primera visita, quedó prendado y enamorado de la bella Chepita, desde entonces en su corazón no existía otra mujer y siempre permaneció celoso de su general.

El amor rompe todas las barreras del mundo, después de 10 años de la salida de Bolívar de la ciudad de Cajabamba, Domingo Casanova y Chepita Ramírez contrajeron matrimonio, fue el año de 1834. De la unión de estos dos históricos personajes, nació Fausta Casanova Ramírez. Este casamiento duró poco, la muerte temprana del militar dejó nuevamente en la soledad a la hermosa artista.

Chapita Ramírez Moreno, murió el año 1913, es decir, vivió 113 años, dejó su legado y su historia, la marinera ha de guardar siempre el corazón y el arte de esta hermosa mujer cajabambina, que dejó para su patria, su arte de bailar la resbalosa, actualmente conocida como marinera y la Cashua como remate de la primera. La cashua se bailó por primera vez en Calluán, creada por su tía Josefita Moreno Fuentes con el nombre de Calluán, que luego se degenera en Cashua, siendo esta posiblemente una palabra del idioma Culle.

Fuente: (Concha Sisniegas, César Alfredo. La Doncella del Liberador).