José Silva Pellegrin, director del Comité de Fabricantes de Productos Farmacéuticos de la SNI, sostuvo que impulsar la producción farmacéutica requiere al menos de tres acciones claves por parte del Estado: 1) transparentar el sistema de compras públicas, 2) mejorar las capacidades de la entidad reguladora para ejercer el control de calidad debido de los productos farmacéuticos y 3) promover un tratamiento tributario igualitario para medicamentos nacionales y extranjeros.
En el caso de las compras nacionales –prosiguió Silva-, es indispensable agilizar y destrabar los procesos de adquisiciones que realiza el principal importador de medicamentos como es el Ministerio de Salud (Minsa) para evitar las compras de urgencia, que generalmente se hacen al exterior. Además, instó a las instituciones supervisoras del comercio de medicamentos, a fiscalizar los productos e insumos farmacéuticos de procedencia extranjera con la finalidad de evitar el ingreso de productos adulterados.
En cuanto al aspecto tributario, afirmó que actualmente en muchos casos los productos importados gozan de más facilidades que los producidos en el Perú; cuando debería ser lo contrario con el fin de promover la producción local.
En ese contexto, Silva precisó que la industria farmacéutica peruana está en capacidad de competir con sus pares de otros países; no solo por el nivel de sus industrias y el valor agregado de sus medicamentos, sino también por sus precios competitivos. No obstante, la producción de esta industria cayó en cuatro de los últimos cinco años (2013, 2014); por lo que es necesario reactivarla.
Balanza comercial
Es importante señalar que el crecimiento de las exportaciones de productos farmacéuticos nacionales permitiría revertir la balanza comercial negativa que hemos tenido en este sector en los últimos cinco años.
Según un reciente reporte del Instituto de Estudios Económicos y Sociales de la SNI, el déficit comercial de productos farmacéuticos, en el periodo 2012-2017 se situó en un promedio de US$ 656.9 millones anuales.
En ese quinquenio, la brecha entre importaciones y exportaciones de productos farmacéuticos se amplió de tal manera que en el 2017 por cada US$ 100 en productos exportados se importaron medicamentos por US$ 1, 514.