Minam aplica modelo IRMA, que facilita intervenciones rápidas en áreas afectadas a fin de prevenir impactos por huaicos, inundaciones y deslizamientos.
El Ministerio del Ambiente (Minam) está implementando una herramienta de información preventiva clave para reducir el impacto que generan los huaicos, inundaciones y deslizamientos. Se trata de IRMA, nombre del modelo de Identificación Rápida de Medidas para la Acción, que permite identificar y priorizar medidas de conservación de la infraestructura natural para prevenir y reducir el riesgo de desastres con enfoque sostenible.
Dicha estrategia sectorial enfatiza en los ecosistemas altoandinos y andino amazónicos, así como en las partes altas de las cuencas, que necesitan ser restaurados, ya que han perdido su capacidad de regular el agua, estabilizar laderas y proteger a las poblaciones frente a los peligros.
Según la Dirección General de Ordenamiento Territorial y de la Gestión Integral de los Recursos Naturales del Minam, alrededor del 30 % de la superficie de estos ecosistemas están afectados y con ello los beneficios ambientales que proveen. Por ello es necesario y urgente planificar el territorio con un enfoque basado en la conservación de la naturaleza.
Valor estratégico de IRMA
Con la implementación del modelo IRMA, el Minam contribuye a revertir el deterioro de los espacios naturales y a recuperar su capacidad de brindar seguridad y bienestar a la población, manifestó el director de Monitoreo y Evaluación de los Recursos Naturales del Territorio del Minam, Jesús Flores.
Asimismo, su aplicación fomenta el uso eficaz de los recursos públicos y privados, asegurando una ocupación del territorio más resiliente, con una visión de largo plazo frente a los efectos del cambio climático y reducir el riesgo de desastres.
La infraestructura natural incluye acciones como la revegetación de suelos, la instalación de barreras vivas, la creación de andenes y el control de cárcavas en áreas críticas. Estas intervenciones ayudan a mitigar el riesgo de desastres al fortalecer la retención de agua en los suelos, estabilizar terrenos y prevenir la erosión. Además, contribuyen a la recuperación del entorno natural, clave para proteger a las poblaciones y sus medios de vida.
Esta innovadora metodología se ha implementado en las cuencas del Rímac, Lurín y Chillón (Lima), Lucre y Andahuaylillas (Cusco), Mantaro (Junín), Ponasa (San Martín), el VRAEM (distrito de Pichari en Cusco) y la intercuenca de Ancón y Santa Rosa (Lima).
Sus resultados y avances fueron presentados en el Pabellón Perú durante la COP 16 en Cali, Colombia, en el evento “Gestión de riesgos de desastres y la recuperación de ecosistemas: disminuyendo riesgos y conflictos”, a cargo del Minam, la Universidad Católica Sedes Sapientiae y Perú CO2 – Alianza por la Amazonía Peruana.