Trujillano quiere sacarlo del anonimato
En la ciudad de Trujillo, La Libertad, un tecnólogo médico dedica sus mejores oficios a sacar del anonimato al Árbol de la Quina para asegurar su reforestación y plantación en todas las plazas del Perú.
A Roque Raúl Rodríguez Barrutia le interesa preservar las propiedades médicas del emblemático arbusto, pero sobre todo recuperar su valor para el fortalecimiento de nuestra identidad nacional, ya que este árbol aparece en el escudo nacional.
El año 2005 aceptó la convocatoria del director del Instituto de Medicina Tropical de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT), Hernán Miranda Cueto, quien le comentó de su interés por formar un equipo para realizar una campaña a favor de la preservación del árbol de la quina.
Rodríguez Barrutia se formó en la universidad Federico Villarreal y se especializó en laboratorio y patología clínica. No le llamó la atención la invitación del profesor universitario para integrar el equipo pues durante 1998 había trabajado en EsSalud de Jaén.
Ese año cumplió la función de jefe de Laboratorio del hospital en esa ciudad, una experiencia que le permitió conocer de cerca a los pacientes afectados por la malaria y el paludismo quienes, preferían tomarse una infusión de quina.
“Observé que, en vez de cumplir la medicación prescrita por el médico, preferían tomar mate de quina que los curanderos recomendaban para bajar las fiebres y combatir esas enfermedades. Se preparaba a base de la corteza del árbol que tiene quinina”, recuerda.
Por eso no dudó en regresar a Jaén cuando lo llamaron para el estudio. Sabía que buscando a los curanderos encontraría información sobre el árbol. Le dijeron que podía encontrarlo en La Cascarilla (nombre como se le conoce a la quina también) a 1,870 m.s.n.m.
Tiene que irse más arriba, lo orientaban, donde vive don Estanislao Gonzáles, “el loco” por su obsesión de proteger el árbol de la quina.
El 26 de junio del 2005, retornó a Trujillo con una ramita que don Estanislao le regaló, pero también con otras cuatro que le obsequiaron en La Cascarilla, antes del regreso a la ciudad de la eterna primavera, rememora. Con Miranda Cueto decidieron sembrarlas en el jardín botánico de la municipalidad provincial de Trujillo (antes llamado Parque de la Cultura).
Perseverancia y ciencia
Más de una década ha pasado, el entusiasmo de don Roque se mantiene inquebrantable a pesar de algunos fracasos, como el que no prendieran aquellas plantas que le regalaron en La Cascarilla, al parecer por la presencia de salitre en la tierra trujillana.
La que germinó fue la ramita que “el loco” le entregó de un frondoso árbol silvestre de la quina, como muchos de los que había por su zona. Como la colocó en un vaso de agua sobre la mesa de su comedor se dio cuenta que sus semillas, muy pequeñas, se esparcían sobre el mueble.
Las recogió, y así es como empezó a realizar una serie de pruebas para desarrollar la planta de la quina en Trujillo. Y experimentó. Sembró la semilla con la tierra original que llevó a Trujillo tras visitar nuevamente las alturas de La Cascarilla, donde vivía don Estanislao.
Los resultados lo motivaron a participar en el Encuentro Científico Nacional (ECI) 2006, en donde demostró la germinación y el desarrollo de la quina al nivel de mar. El 2009 el ECI se organizó en Trujillo en ambas actividades reconocieron que la investigación es necesaria.
Pero hasta el día de hoy no se invierte en estudios para determinar las posibilidades de crecimiento que tiene el árbol de la quina en las ciudades, sin perder sus propiedades curativas, sería lo ideal, afirma, o reforestar para conservarlas.
¿Pero se extinguirá el árbol de la quina? don Roque afirma con certeza que urge estudios para preservar el árbol que ocupa un lugar importante en el Escudo Peruano y en el corazón de la población peruana.
“Está demostrado que tolera el salitre, pero hay que hacer más pruebas para sembrarlo en todas las plazas del país, y reforestarlo para que no pierda sus propiedades curativas. Antes del Bicentenario tenemos que recuperarlo porque en verdad lo que más importa es que no se pierda su valor para fortalecer nuestra identidad nacional.» Don Roque tiene fe.
Otras propiedades
Actualmente, don Roque hace experimentos que estarían demostrando que este árbol nacional puede germinar en relaves y en tierra abonada con posta de ganados. Recordó que la quinina se usa para elaborar bebidas energéticas, agua tónica y amargo de angostura que se usa para preparar el Pisco Sour.
También ha empezado a incursionar en el uso artesanal del árbol, pues su corteza tiene cavidades que le han permitido fabricar lapiceros ecológicos, zampoñas y quenas.
(Fuente: Andina)