Entrevista al presidente de CoNEP

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Rubén Castillo Gill.

¿Cómo se llegó al punto en el que está Panamá ahora?

Bueno, hay un recorrido que viene gestándose desde el inicio de la pandemia que sin lugar a duda tuvo un efecto tremendo en la economía y en lo social. Además de eso, el acumulado que tiene que ver con la guerra entre Ucrania y Rusia que le genera un impacto tremendo a la economía del país en relación con el costo de los combustibles.

En el medio también estaba la crisis de los fletes… Al final era una tormenta perfecta que se combina con un problema que tiene que ver con la institucionalidad. Nosotros tenemos afectaciones importantes en relación con una institucionalidad que debe ser fortalecida.

Temas de transparencia, temas que tienen que ver también con separación de poderes, una justicia más vigorosa, es decir, todas estas cosas formaron un cuadro que ha generado las protestas y que evidentemente en algunos casos tienen un fundamento importante. ¿Qué duda cabe que el coste de vida ha aumentado? El tema del combustible ha sido muy agresivo en relación con la actividad económica y social, entonces yo creo que esos son los elementos fundamentales que han generado la situación actual.

¿Cómo los cierres de calles están afectando a la producción y las empresas privadas?

La afectación es tremenda. De hecho, el Consejo Nacional de la Empresa Privada ha manifestado con claridad que lo más importante es que se genere un diálogo nacional y que al mismo tiempo se abran las vías. Nosotros hemos sufrido desabastecimiento, de alimentos, insumos. Hay un problema social y humano que tiene que ver con la pérdida de citas médicas, el sistema de seguridad social anuncia que hay alrededor de 140 mil citas médicas pérdidas ante este proceso de protestas. Hay una afectación sensible a la actividad económica, al aparato productivo del país y sin lugar a dudas a la reputación internacional. Panamá tenía una tradición de estabilidad social importante y eso no ayuda a la posibilidad de la reactivación económica.

¿Cuál es el nivel de pérdidas económicas?

Estamos haciendo estimaciones, pero se está hablando de 700 millones de dólares alrededor de esa cifra.  Es una pérdida importante que se magnifica tomando en cuenta el momento que veníamos atravesando los últimos tres años, impactados por la pandemia, la crisis de los fletes y el aumento de los combustibles. Esto tiene un impacto en pequeñas, medianas y micro empresas, que constituyen la mayoría del tejido empresarial panameño.

¿Cuál es la postura del ciudadano promedio en medio de este conflicto?

Yo pienso que hay un reclamo social importante en cuanto al método de gobernanza del actual gobierno. Se reclama el tema de la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento de las instituciones, la reducción de la institucionalidad. Eso es real y hay que atenderlo. Y obviamente está el tema económico que crea un impacto social importante. Tenemos que resaltar el valor de la empresa privada, que es la que puede ofrecer empleo, la que puede desarrollar lo consecuente con la creatividad y la innovación. Hay que aprovechar esta situación para iniciar de cero y construir un país de más oportunidades, mejorar el tema de la educación que lamentablemente ha estado paralizada por la huelga, y conectar los modelos educativos con la realidad del futuro.

¿Habían tenido algún conflicto de estas magnitudes en el último tiempo?

Bueno, yo creo que es el conflicto más grave desde el año 1987, 1989. Creo que ha sido un conflicto que como se ha unido con las otras circunstancias, ha tenido un efecto importante en la consciencia de los panameños. Pero ciertamente no hemos tenido una situación similar en el último tiempo.

Menciona antes al diálogo, ¿cree que es la forma de llegar a una salida adecuada para esta situación? ¿Qué más se necesita?

Yo creo que se necesita un toque de racionalidad, que haya una hoja de ruta con objetivos convergentes, que eliminemos las disquisiciones ideológica, las consideraciones de naturaleza política o partidista y que nos pongamos a trabajar en el tema de la reactivación y obsesivamente en la creación de empleo. Para ello hay que generar confianza, es decir, hay que hacer una reforma del Estado que fortalezca las instituciones, que elimine la burocracia excesiva. Entre paréntesis, la burocracia excesiva es un un predisponente de la corrupción, entonces es importante que se tome en cuenta este elemento. Y al final estructurar de manera cierta el camino de la reactivación económica.

Si nosotros logramos articular un proceso en el cual la educación tenga un valor en la actividad nacional que la podamos conectar con las oportunidades que puede generar el país, nosotros sin lugar a dudas vamos a poder pavimentar el camino al éxito.