Empresas peruanas utilizan financiación alternativa que ofrecen comprobantes electrónicos

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Menos de un 10%

Las empresas peruanas que han adoptado el formato electrónico sólo están obteniendo un 40% de los beneficios reales que ofrece, especialmente los relacionados con el acceso a otros canales de financiación.

Menos del 10% de las empresas peruanas que han dado el paso a la factura electrónica en Perú han enfocado el proyecto teniendo en cuenta los nuevos canales de financiación alternativa que permiten los comprobantes electrónicos según SERES, líder global en el intercambio electrónico de documentos.

La factura no sólo es un documento clave para el negocio, también tiene una función bisagra en la relación con terceros, unas cualidades que se potencian con el uso de la factura electrónica, según SERES. Sin embargo, “las empresas peruanas que han adoptado el formato electrónico, sólo están obteniendo un 40% de los beneficios reales que ofrece, especialmente los relacionas con el acceso a otros canales de financiación”, señala Alberto Redondo, director de Marketing de SERES para Iberia y Latam.

Desde la publicación de la Ley 29623, reglamentada por el Decreto Supremo 208-2015-EF, la SUNAT intenta impulsar y promover el acceso a la financiación para los proveedores de bienes y/o servicios que utilizan facturas comerciales y recibos por honorarios. La factura negociable es un título valor que se genera a través del tercer ejemplar de la factura comercial o el recibo por honorarios o el comprobante electrónico registrado en una Institución de Compensación y Liquidación de Valores, que proporciona financiación por efectos de su endoso y negociación a través de una entidad financiera.

Un comprobante que, desde el 1 de septiembre de 2015, debe de ser generado por todas las empresas que emitan facturas comerciales en su negocio y todas las personas naturales que emitan recibos por honorarios al prestar servicios profesionales como independientes. “Una excelente oportunidad para impulsar los beneficios de disponer de otros canales de financiación, aunque sus avances son limitados en la actualidad”.

Documento bisagra

La factura tiene un triple protagonismo en la actividad de la empresa, según SERES. En el negocio, es el documento que justifica la entrega de un bien o un servicio y ofrece una visión pública sobre la relación entre dos empresas. En ese caso, su valor es el de actuar como justificante comercial de una actividad o de una variación de esa relación (rectificación). En muchos casos el documento se convierte en justificante del intercambio de una mercancía (albarán o guía de remisión). Esta característica tiene un interés global en la compañía dado que la mayoría de los departamentos «compran» y/o “venden”, al que se suman su protagonismo en otras actividades como la logística.

Por otra parte, la factura tiene un irrenunciable papel tributario, ya que en la mayoría de los casos soporta unos impuestos (el IVA como el más importante) y es el documento que tiene valor en la declaración del impuesto y su posterior tributación y liquidación. Esta funcionalidad es clave en Latinoamérica, ya que es el documento que, en primera instancia, según se emite, se ha de enviar a la Agencia Tributaria correspondiente para su validación y control, con independencia de la gestión negocio o financiera.

Finalmente, tiene un protagonismo financiero, ya que es el documento que aporta visibilidad y justifica una cantidad a pagar/cobrar, que tiene detrás un movimiento bancario o de dinero. Desde la fecha de emisión hasta la fecha de cobro real existen un conjunto de fases donde la factura es un documento que puede justificar un posible adelanto, o, en la fase final, el documento que permite reclamar un impago y emprender, si no se realiza el pago, posibles acciones legales como documento justificativo del derecho a cobro y del impago. Desde el punto de vista financiero, es un documento diferencial que permite a las empresas, especialmente a las pymes, acceder a un sistema de financiación alternativo, fuera de los canales tradicionales.

Las funciones poliédricas de la factura se multiplican e intensifican con la factura electrónica, que no solo automatiza su función bisagra: de negocio, tributaria y financiera, sino que los transforma aportando importantes ventajas competitivas a las empresas mejorando su posición en el mercado.