Por: Octavio Huachani
Un informe de ICO Inteligencia Creativa, señala que desde hace una década las Ciencias de la Comunicación están fuera del top de las 15 carreras con más solicitudes de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Es más. Un 44% de los universitarios graduados lamenta su elección de carrera. Pero ese porcentaje se eleva a 87% en periodismo y 64% en comunicación. Ello hace que ocupen un deshonroso 1° y 4° lugar, respectivamente, entre las carreras de más arrepentidos.
En España las cosas pintan igual. Las cifras de estudiantes de periodismo en diferentes universidades han mostrado una caída preocupante.
Ante este panorama surge la pregunta: El periodismo ha perdido su capacidad de atracción o es el síntoma de un problema mucho mayor?
De hecho, los medios de comunicación están viviendo una pérdida de confianza bastante profunda. A la fatiga informativa, se suma un cierto descrédito, como apunta el último Digital News Report del Reuters Institute, muy conectado con el contexto general –las redes sociales y la desinformación han llevado a que la desconfianza aumente.
Además, las permanentes crisis económicas han ido aumentando la inestabilidad de las empresas de información, que han realizado sucesivos recortes en su personal, para, al final, quedarse con el personal básico a quienes se les ha rebajado el sueldo.
Pero hay mas. La mayoría de los medios están al servicio de grandes intereses políticos y económicos y mueven sus fichas en ese sentido, sin importarles perder objetividad, que se refleja en las audiencias o tirajes cada vez mas escuálidos.
Y en medio de este callejón sin salida, se encuentra un periodista muchas veces desprotegido de sus derechos mas elementales.
La cereza en la torta
La aparición de oficiosos opinadores y/columnistas que ejercen su «derecho de opinión» de acuerdo a los intereses de sus contratantes, ha terminado por desprestigiar al periodismo, ante un público que no distingue entre un profesional de la comunicación y un ocasional comentarista
Recientemente hemos visto a un renombrado abogado que se paseaba por todos los canales opinando sobre el caso de los peajes a favor de la empresa que lo contrato por $ 40 000.
La pregunta es: porque los dueños de los medios televisivos le permiten tanta cobertura?
La respuesta es obvia.
Colegio de Periodistas del Perú
