InicioOpiniónEl golpismo debe ser derrotado. Por: José Antonio Torres Iriarte.

El golpismo debe ser derrotado. Por: José Antonio Torres Iriarte.

Pedro Castillo demostró su vocación autoritaria siempre, como líder sindical no dudaba en promover protestas y movilizaciones violentas en todo el país, como jefe de Estado optó siempre por la confrontación, utilizando las instalaciones de Palacio de Gobierno para reunirse con extremistas y pseudo bases populares.

Pedro Castillo demostró su vocación autoritaria siempre, como líder sindical no dudaba en promover protestas y movilizaciones violentas en todo el país, como jefe de Estado optó siempre por la confrontación, utilizando las instalaciones de Palacio de Gobierno para reunirse con extremistas y pseudo bases populares.

Si el 7 de diciembre, se hubiera consumado el golpe de Estado, hoy Pedro Castillo sería un dictador más de la región adscrito al Foro de Sao Paulo y el Grupo de Puebla, dispuesto a imponer una dictadura de largo plazo. En América Latina durante el siglo XX en especial, fue una constante la ruptura del orden constitucional, el golpismo y la prevalencia de tiranías que estuvieron suempre dispuestas a reprimir, encarcelar, deportar o incluso asesinar a sus opositores.

En el Perú, la Alianza Popular Revolucionaria (APRA) fue declarada ilegal y proscrita a lo largo de varias décadas. No olvidemos que Pedro Castilo no fue vetado por las Fuerzas Armadas, como si lo fue Víctor Raúl Haya de la Torre en 1962. Pedro Castillo no logró comprender que su estrecha victoria electoral, más allá de las observaciones y cuestionamientos, nunca generaron un pronunciamiento institicional de las Fuerzas Armadas en su contra o peor aún la decisión de impedir la transferencia de gobierno en julio del 2021.

Pedro Castillo fracasó como gobernante, poniendo en evidencia sus limitaciones académicas en todo momento y haciendo notar su ávidez por enriquecerse en el ejercicio del poder, desde las primeras semanas de gestión. Pedro Castillo no pertenece a una pléyade de intelectuales o pensadores latinoamericanos, que en el pasado consagraron sus vidas a la lucha por la libertad en nuestros pueblos. Pedro Castillo aún no ha sido derrotado políticamente, porque aún encontrándose privado de su libertad, ha recibido visitas con el claro objetivo de seguir complotando.

La democracia debe utilizar las herramientas legales y constitucionales, para impulsar el encausamiento y procesamiento de Pedro Castillo por haber violado el orden constitucional de manera flagrante. El eje México, La Habana, Caracas y La Paz, representado por los gobiernos de López Obrador, Díaz Canel, Nicolás Maduro y Luis Arce (Evo Morales) lo respaldan abiertamente.

Pedro Castillo no es un preso político, por el contrario no sólo ha incurrido en delitos contra el orden constitucional, sino que es presuntamente el líder de una organización criminal. No olvidemos cómo en el 2002, Hugo Chávez retornó al gobierno y cómo en el 2019, Evo Morales gozó de la proteccion del gobierno de López Obrador para trasladarse en condición de asilado a México, para desde esa ciudad organizar su retorno al gobierno de Bolivia, a través de la candidatura de Luis Arce en los comicios celebrados durante el gobierno de transición de la presidenta Jeanine Añez (hoy sentenciada a 10 años de prisión).

Los lideres del llamado «socialismo del siglo XXI» tienen en común el haberse enriquecido en el ejercicio del poder y ciertamente Pedro Castillo no es la excepción. En los próximos días se reunirá en Buenos Aires, los líderes del Grupo de Puebla, que de hecho expresaran su preocupación por la situación jurídica de Pedro Castillo y demandaran su libertad o que se les conceda asilo en Mexico. No a la injerencia extranjera, es inaceptable la intromisión del presidente López Obrador, como lo ha sido siempre el comportamiento de Evo Morales en nuestro país.

El golpe de Estado no se consumó el 7 de diciembre, sin embargo existen planes alternos violentistas que están siendo ejecutados en todo el Perú, con el claro propósito de generar caos y la caída del gobierno presidido por Dina Boluarte. El gobierno actual debe ser breve y transitorio, más aún cuando la extrema izquierda, con la complacencia de la izquierda caviar están consolidando una alianza tácita o explícita para retomar el poder en el plazo más breve.

Es el momento de la acción política para frenar a los comunistas financiados por el narcotráfico, la minería ilegal por un lado, así como emplazar a los caviares financiados por los magnates del globalismo internacional. Por otro lado existe en nuestro país un asesoramiento de los servicios de inteligencia extranjeros especializados en desestabilizar países de América Latina. Por ello la lucha por la libertad no tiene fin. El golpismo debe ser derrotado.

Por: José Antonio Torres Iriarte.

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