El proyecto «Máscaras que sanan» resultó ganador del primer concurso de Innovación del INSN-San Borja.
Por: María Fernández Arribasplata
Máscaras que sanan es un proyecto desarrollado por médicos e ingenieros peruanos que brinda una opción de tratamiento para los niños que han sufrido quemaduras en el rostro. Lo que se busca a través de la tecnología de impresión 3D es una experiencia amigable, sostenible y de fácil uso que favorezca la recuperación de los pequeños pacientes. En entrevista con la Agencia Andina, Salomón León Guzmán Blanco, médico rehabilitador del Instituto Nacional de Salud del Niño San Borja, explica que a través de estas máscaras no solo se hace un enfoque en el tratamiento de la piel, las cicatrices y complicaciones que pueda presentar un paciente con secuela de quemadura, sino que ayuda en el proceso de reinserción social, para que la recuperación sea menos traumática.
“Este prototipo tiene la finalidad de aprovechar la tecnología de impresión 3D para poder reemplazar el medio de presoterapia tradicional, que es con telas de diferentes grosores, y trabaja la parte estética de los pacientes quemados. El objetivo de la presoterapia en general es ayudar a que las zonas donde crecen las cicatrices sean menos voluminosas”, precisa el especialista del INSN-San Borja.Lee también: Robots, realidad virtual e inteligencia artificial para salvar vidas de pequeños pacientes
Sin embargo, Guzmán Blanco agrega que los sistemas tradicionales con tela no permiten dar una presión homogénea por la cantidad de zonas cóncavas que tiene el rostro del ser humano.
“El sistema de máscaras en 3D va permitir que la distribución de la presión sea más homogénea en todas las zonas, personalizado y diferenciado por el escaneo digital que se hace y que las zonas que necesitan más presión lo tengan”, señaló el médico rehabilitador.
En los últimos seis meses se comenzó a desarrollar este primer prototipo. Sin embargo, el hospital ya cuenta con un sistema híbrido.
«Es un termoplástico que se conforma por medio del calor, una especia de resina y se hace de manera artesanal sin impresión 3D. Genera presión en las zonas pero el moldeado es mas tosco. También usamos la licra pero en casos de cicatrices menos voluminosas porque no brinda una presión homogénea y los resultados no son tan buenos», explica el médico.
¿Cómo se realiza este prototipo?
El médico rehabilitador Salomón León Guzmán Blanco señala que son varias etapas las que se debe seguir para el desarrollo de estas máscaras.
«El escaneo es la primera etapa, para ello podemos usar un celular con un software libre, luego esas imágenes pasan a una reconstrucción en 3D del rostro en un software. El siguiente paso es realizar el diseño de la máscara en 3D con un render y se pueden hacer modificaciones. Una vez este el diseño terminado se manda a imprimir a la impresora en 3D y eso demora un promedio de 8 a 10 horas. Finalmente, se hace la prueba con el paciente colocando la máscara con unas bandas de sujeción en los bordes y se hace un pulido en las zonas como ojos o nariz para que sea cómodo para el paciente», detalla el especialista.
Formando profesionales de salud innovadores
En este segundo semestre se realizará las validaciones de este prototipo que resultó ganador del primer concurso de Innovación INSNSB, que se realizó el año pasado y contó con la asistencia técnica de la Secretaría de Gobierno y Transformación Digital de PCM. Junto a este proyecto también resultaron ganadores: el perro robot Tomy y el aplicativo Conectados Contigo.
Katia Granados Guibovich, directora ejecutiva de la Unidad de Desarrollo de Investigación, Tecnologías y Docencia del INSNSB, explicó a la Agencia Andina, que estos proyectos se hallan en pleno desarrollo, cuentan con el financiamiento del centro especializado y tienen 12 meses para concluir.
“Este año para darle sostenibilidad a esta iniciativa seguimos trabajando en un segundo concurso -curso que empezará el 14 de agosto para fortalecer los conocimientos de innovación de nuestro personal, y así muchas de sus ideas terminen en algún prototipo”, señaló la especialista.
El segundo concurso de Innovación INSNSB empieza el 14 de agosto, con el primer curso de Innovación en Gestión Pública, luego una serie de mentorías y en noviembre concluye con la exposición ante un jurado y premiación de los mejores proyectos.
“La gestión pública a veces suele presentar algunas inspiraciones pero que se quedan allí, lo que nosotros pretendemos es darle conocimiento y la parte técnica a nuestros profesionales. Si hacemos un trabajo multidisciplinario y en equipo vamos a generar cambios y todo en beneficio de los pacientes”, concluye Granados Guibovich.
El INSN San Borja es el único Instituto en el Perú en utilizar este conjunto de tecnologías que contribuyen a la investigación, la docencia y el tratamiento médico y quirúrgico de los pequeños pacientes de escasos recursos que provienen de las diversas regiones del país.
Las innovaciones tecnológicas que se aplican en la atención médica de los niños y adolescentes con patologías de alta complejidad se expusieron en la II Expo InnoLab Salud.
Fuente: Agencia Andina