El fraude electoral se consumó con la proclamacion de Pedro Castillo, por parte del Jurado Nacional de Elecciones. El gobierno del señor Sagasti, sin respetar la neutralidad política, se convirtió en instrumento al servicio de los despropósitos que animaron a la ONPE y al Jurado Nacional de Elecciones en particular.
El señor Pedro Castillo, representa a un partido político marxista leninista, que se adscribe al castrismo, que recoge el legado de la Revolución Cubana de 1959 y que estima que el señor Evo Morales es un referente político digno de emular. Perú Libre, según el sentenciado señor Vladimir Cerrón ha ganado las elecciones y como tal debe gobernar, en base a los principios y lineamientos ideológicos expresados en su Plan de Gobierno.
La designación del congresista Bellido, como Presidente del Consejo de Ministros reafirma la línea política e ideológica de un gobierno, que tiene como objetivo central, impulsar una Asamblea Constituyente de corte corporativo, para aprobar una Constitución que siente las bases de un modelo económico intervencionista y un gobierno autoritario. Con objetivos de «toma del poder» en el más amplio sentido de lo que históricamente representó el comunismo internacional en el siglo XX y lo que significa el llamado «socialismo del siglo XXI» en la actualidad.
La democracia se apoya en la separación de poderes y en el ejercicio de las libertades. El Perú a lo largo de los últimos 200 años, ha tenido breves períodos de gobiernos democráticos. No olvidemos que desde el primer militarismo que imperó en los primeros 50 años de la vida nacional, pasando por el militarismo posterior a la «Guerra con Chile»; hasta los sucesivos «Golpes de Estado», perpetrados en el siglo XX, la democracia fue menoscabada. Si en el siglo pasado, se promulgarón leyes expresas para proscribir al APRA y se impusó el llamado «veto militar» en momentos cruciales de la historia nacional; hoy el Perú aspira a que en democracia se logrén los grandes objetivos nacionales.
El gobierno de Pedro Castillo no tiene mayoría en el Congreso y la designación del Gabinete presidido por el congresista Bellido, parece un desaire político incluso para los grupos que se sumaron a la campaña de Perú Libre en segunda vuelta electoral. Con menos del 20 % del voto nacional en primera vuelta, con una diferencia de algo más de 44 mil votos, sobre un universo de más de 25 millones de ciudadanos con derecho al sufragio.
El gobierno del señor Castillo debe dialogar, buscar consensos y actuar con responsabilidad frente a la crisis sanitaria de plazo indeterminado. La crisis política se acentuará en un gobierno bajo la influencia del señor Vladimir Cerrón, impulsándose un proyecto político autoritario, que no sólo conculcará libertades, sino que desalentará la inversión, generará desequilibrios presupuestales, agotará nuestras reservas internacionales y sumirá al Perú en un clima de mayor polarización política.
El «Foro de Sao Paulo», el «Grupo de Puebla» y el castrismo en particular, tienen en los señores Pedro Castillo, Vladimir Cerrón y Guido Bellido, aliados dispuestos a implementar los grandes lineamientos políticos diseñados para nuestra región.
La crisis política se agravará y espero que un «gobierno de transición» convoque a nuevas elecciones, que sean organizadas por entes y autoridades electorales totalmente renovados.
Las fuerzas democráticas y la ciudadanía en general debe movilizarse en defensa de la libertad, frente a la amenaza totalitaria.