Por: Néstor Diaz.
Para los amantes del deporte rey que, hoy vivimos al ritmo de las competiciones europeas, sudamericanas, norteamericanas, es un privilegio contar con los partidos en la palma de la mano. Si retrocedemos el reloj hacia los años treinta era imprevisible tal acontecimiento de la era digital. El fútbol y el deporte en general es el sector más beneficiado con las redes sociales, los protagonistas logran obtener mayor popularidad, tú como aficionado te enganchas a un match en directo e interactúas con amigos de la red desde cualquier parte del planeta. Claro que ahora ya no deseas una pelota remallada con blanco hilo, antes “hasta dormimos con ese cuero”; luego de jornadas de pichanga con los del barrio o pueblo. Y es que el fútbol es pasión de masas – en todos los estratos sociales – es capaz de catapultar una guerra como lo hizo Didier Drogba, capitán del seleccionado costamarfileño, quien contribuyó a que las revuelcas en ese país cesaran. Es verdad que se debe dar más pantalla a otros deportes pero, el balompié mueve millones de dólares con los patrocinios y derechos de transmisión.
Los Juegos Olímpicos de Paris 2024 que engloba a todos los deportes, se vio empañado, manchado con hechos extra deportivos. Lo cual conllevó a una desilusión de sus seguidores y apagar la televisión fue su único recurso. En cambio el fútbol con los Mundiales también puede generar polémica pero, nunca mella el honor, la dignidad de los hinchas; o si por ahí alguien se siente marginado por las reglas, toma a la de cuero y pelotea, juguetea con ella hasta saciar su sed.
Eso realizaba Ronaldinho Gaúcho, uno de los deportistas más importantes de la historia del fútbol. La alegría, picardía en la cancha, el fútbol en su máxima expresión brotaba de los pies del brasileño. Sí, aquel prodigio que se dio a conocer a sus 13 años después de que anotara 23 goles en un solo partido, en el cual su equipo aplastó precisamente 23 a 0. Los cazatalentos del viejo continente no le quitaron el ojo, era el Beethoven de la música.
Con la mitad del año ya cuesta abajo, nos sumerge las pantallas en las ligas europeas en pétalos, y en nuestros lares los campeonatos ya en flor a medio camino. El Real Madrid de Carlo Ancelotti se consagra campeón de la Supercopa de Europa, dispuesto a ganarlo todo esta temporada, no es desatinado tal objetivo ya que; además del plantel que levantó la Champions el lustre anterior, ahora luce la nueve un tal Kylian Mbappé. La ciudad de Varsovia fue cómplice del estreno de los nuevos «galácticos», con un Vinícius Júnior desequilibrante en escasos metros; «Fede» Valverde con desplazamientos sobresalientes y tomando la posta del liderazgo de Toni Kroos; Rodrygo movedizo en ambas bandas, por mencionar algunos. La primera mitad soportó merecidamente el Atalanta la paridad, ya en el completo la jerarquía del cuadro blanco bastó para que «el pajarito» marque a placer y Mbappé a los 68 minutos, tras una jugada de fulbito la clave en la red el 2 – 0 definitivo. Luka Modric y compañía alzan la copa como si tomaran un café en la esquina. Cualquier mortal anota: es un equipazo. ¿Qué club le puede hacer la «parada»? ¿Un Inglés, un alemán?. Esto es fútbol, apreciar sin la camiseta puesta se deleita mejor y si hay sorpresas ni hablar.
En línea con la era tecnológica que mencioné arriba es preciso resaltar que, el primer partido de fútbol que fue transmitido en directo por televisión data de 1937. Un match amistoso entre el equipo titular y los suplentes del Arsenal de Inglaterra. Una revolución para aquella época. A la postre, México 70 fue la primera justa mundialista en ser transmitido en TV a color.
Aquel memorable certamen, para muchos es la mejor exhibición en la historia de los mundiales. No se colocó ninguna tarjeta roja, inédito, a pesar que fue el primer mundial que se implementó las tarjetas. Los afortunados que contaban con TV, lograron ver en directo a Pelé «el rey del fútbol» coronarse. «Brasil reinventa la trigonometría», llegó a afirmar el cronista deportivo Ángel Fernández. Algunos alquilaban sus televisores, otros abrían sus puertas a los vecinos. Por otro lado, con el paso del tiempo hoy convivimos con el VAR, que se ha convertido en un jugador más, al que hay que observar en cada jugada milimétrica. La pelota obviamente también evolucionó hasta llegar al material de PVC con un diseño de doble capa. Pero no olvidemos que «hasta dormimos con ese cuero», algunos sábados en el BAR. ¡Centro al Área y tú tienes el balón!