Calatos y hablando solos… Por Juan Silva Vidaurre

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Nuestro aniversario patrio encuentra al Perú en su más dura crisis moral. En esas condiciones, cómo desearle Felices Fiestas Patrias, si del saque sabemos que son las peores de todos los tiempos. Los hechos actuales ligados a la corrupción y decadencia moral absoluta en una sociedad sin escrúpulos, no tiene visos de solución ni antecedentes. No se percibe, crimen = castigo, sino, crimen=impunidad. Si el gobierno de Fujimori quebró el orden institucional corrompiendo poderes, medios e instituciones tutelares, los tiempos actuales, nos coge en una corrupción salvaje, saqueos a las arcas, gastos millonarios en publicidad que solo engordan los bolsillos de sus propietarios y, obvio, les tapan la boca; los mismos de Humala siguen laborando con el actual. No hay inversión, no se vislumbra un camino, la ruta sale según el día, y lo que digan los medios. Un presidente preso, otro fugado, y el que acaba de salir ya en prisión y encima, con su mujer.  Y quien nos gobierna, algo desubicado y no es para menos. Cientos de involucrados y todo sobre un escenario donde el Poder Judicial y el Ministerio Público, gozan de precaria salud. No sé ustedes, pero la familia y amistades del exterior están alarmadas, les parece algo irreal, un episodio sin terminar de Stephen King. Miren como Leche Gloria nos insulta todos los días en avisos publicitarios donde niegan que esa cosa que vendían como Pura vida, no fuera ni pura, ni menos daba vida. Le dicen al país y entes encargados como Indecopi y Digesa, “poco informados”, que no han tenido el cuidado de verificar, que les hemos hecho un cargamontón, que nos han engañado, que ellos sí producen leche y que todo es una cruel mentira. Nadie ha salido a desmentir a la empresa. Ni siquiera una carta. Todos calladitos. O sea, Pura Vida sí era leche. Mala leche de estos señores. Ponen como escudos a sus trabajadores que no tienen nada que ver con el tema, ellos cumplen sus labores, quien decide qué va dentro de la lata no es decisión del técnico o ingeniero de planta, para poner otros ingredientes, viene de muy arriba, de los dueños. Difundir sus comerciales flatulentos es negar que sí tienen productos que no obedecen a sus etiquetas. Y dejen de culpar a la simplona vaquita,

Cómo decirles Fiestas Patrias a los deudos de los chicos muertos en Las Malvinas, mientras demoraron tres días para decidir algo que era un delito flagrante. Qué esperaban, algún arreglo, no se entiende.

La madre de esa niña que fue violada y asesinada por un maldito, ¿están para recibir nuestro saludo patrio?

Las víctimas del bus desbarrancado, la decena de muertos abruptamente, por pura negligencia o tantas familias que se han quedado sin sus hijitos por salvajes al volante. La justicia, ya saben, no llega para ellos.

Cusco 35 días paralizado, cientos de turistas varados, todo un despelote; pistas tomadas, huelgas, vigilias y paros. Chinchero seguirá siendo un sueño melodramático, a ver díganles Felices Fiestas a esta gente que no para en hacer bulla y destrozos con una policía que mira casi complaciente, porque ellos, finalmente, piensan como los revoltosos.

Nuestras Fiestas Patrias lloran, están pensativas, no saben si de pronto se perdieron algo, por qué lo que hoy vivimos, jamás ha sucedido.

No puedo desearle fiestas patrias a mí Perú, en su lugar, le desearé que algún día la tenga, por hoy solo desearle que esta etapa termine, que quienes deban ir a la cárcel vayan de verdad, sin tomarnos el pelo como Félix Moreno y como se sospecha ocurrirá con los nuevos inquilinos. Sería mentirle a mi país, estamos para el llanto, la economía a punto de convertirse en recesión, cuando la desaceleración dura tanto tiempo, es decir, crecemos, pero mínimamente, es como un carro, se ahoga.

Un año cumple el gobierno, quisiera encontrar algo para decir que el gobierno lo hizo, cumplió, pero solo encuentro buenas voluntades. El Mandatario ríe menos y casi no baila, debe estar sopesando qué decir este 28. Le quedan cuatro años, que no sea como Goñi, que tuvo un gobierno tan negativo que dejaron la mesa servida a Evo. Estamos en ese límite. (van 5 de Humala) perder otros cinco, sería fatal. Nos cogería el Bicentario calatos y hablando solos. ¿Estamos a tiempo? Los expertos dicen que sí. Pero mientras procesan la información el tiempo vuela. Pareciera, por lo lenta, que la tecnología mental y de tomar decisiones del Estado en sí, fuera de una Pentium ll.