El Perú afronta una crisis sanitaria, con graves consecuencias sociales y económicas. El proceso electoral en su segunda vuelta, evidencia claros signos de manipulación y fraude, que son consecuencia del accionar conjunto (por acción u omisión) de los organismos electorales. A ello se ha sumado la estrategía desarrollada por los operadores políticos del partido Perú Libre, el pasado 6 de Junio.
HOY el Perú afronta una crisis política, agravada por la incertidumbre electoral, las «marchas y contramarchas» de los integrantes del Pleno del Jurado Nacional de Elecciones, en particular por el Presidente SALAS ARENAS (con voto dirimente). Los organismos electorales NO han garantizado un proceso transparente y peor en momentos de incertidumbre, toman decisiones contradictorias, alejadas del sentido común y del rigor jurídico. El 6 de Junio (como ocurrió en la primera vuelta electoral) sólo y unicamente, IPSOS APOYO y Alfredo TORRES dieron resultados a «boca de urna» y «conteo rápido». Resulta inexplicable que encuestadoras como C.P.I., I.E.P. o DATUM no realizarán trabajo de campo y ofrecierán al país, cifras de los resultados.
La gravedad de la crisis, sugiere que incluso en la primera vuelta electoral se han producido irregularidades tanto en la votación presidencial, como parlamentaria. Por ello considero que más allá de las observaciones, impugnaciones o nulidades interpuestas; es IMPERATIVO solicitar la realización de una AUDITORIA INTERNACIONAL con la participación de expertos designados por la Organización de Estados Americanos y/o la Unión Europea.
La democracia peruana debe institucionalizarse, apoyada en resultados electorales, que expresen cabalmente la voluntad popular.
Por José Antonio TORRES IRIARTE.