Se sienta en la silla y con los brazos sobre la mesa de LA conferencia de prensa, observa a los periodistas con semblante de reposo, placidez y certeza de sus palabras. Carletto es un erudito en estos transes, no parpadea al contestar ante cuestionamientos a su equipo: – «tengo los hombros bien anchos para asumir responsabilidades, mis jugadores estuvieron a la altura», “háblame del mar marinero”. Actualmente somos conocedores que lleva las riendas del club más ganador de Europa, del mundo; ese Real Madrid de las remontadas épicas, de las copas bañadas de honor por sus hinchas en este lugar llamado tierra. Es el hombre que se adelanta en saludar a su contendor de turno, que no festeja el primer gol, que arenga a sus dirigidos hasta con un guiño, que baila a festejo cuando es necesario. Sus pupilos lo respetan como a un padre, en él encuentran la mística de atrapar el éxito; también son sus amigos, sus compinches en las concentraciones. Esto no acontece solamente en Madrid si no, en todos los equipos que ha dirigido durante su brillante carrera, donde lo ganó todo; por citar algunos: AC Milán, Juventus, Chelsea, Bayern Múnich. Junto al «lobo» Zagallo es el mejor DT de todos los tiempos.
Desde su infancia en Reggiolo, Italia, Ancelotti conoció el trabajo disciplinado, humilde de su familia que producía y vendía queso a consecuencia de la labor en la agricultura y ganadería. Es donde en sus momentos libres le daba al balón solo o con sus vecinos, en aquellos pastos verdes siempre existía un espacio donde armar los arcos de madera y soñar con una copa en brazos. Se inicia como futbolista en las categorías juveniles del Parma FC y en 1976 hizo su debut en el equipo parmesano. Carletto era un volante de talento y cuando la situación lo ameritaba el cuerpo, las piernas se imponían al oponente. «Bailó» en tres históricos clubes (Parma, Roma y AC Milán); con los cuales consiguió 12 títulos en 16 temporadas. Por cierto las estrellas ya le brillaban en el pecho. La selección italiana no le fue ajena, con la cual disputó 26 encuentros; dos copas del mundo (1986 y 1990). La victoria, el liderazgo lo llevaba en las venas de un ganador nato, con la sensatez que nos tiene acostumbrados al realizar un cambio táctico o simplemente responder a un curioso periodista con humor y picardía de un zorro en el verde campo.

Dentro de sus anécdotas del italiano deambula aquella cuando se presentó «Kaka» al AC Milán, con gafas y traje de oficinista color gris; por lo cual el entrenador lo confundió con un estudiante universitario. Ronaldo, el original, el mejor centro delantero que la afición haya visto jamás cuenta que cuando lo dirigió Ancelotti le cuestionó: – «¿si había visto a los defensas y al portero rival, cómo eran y tal?». – «Lo siento, míster. No he podido verlo, pero estate tranquilo, que ellos sí que han visto vídeos míos», el técnico sólo alzó el cachete con una leve sonrisa. Rüdiger el actual central de los merengues cuenta que, cuando recién aterrizó en Madrid y ni acomodaba sus maletas en su casa se apareció Carletto: – «de repente sonó el timbre. Lo abrí y frente a mí estaba Carlo Ancelotti. Un momento de asombro. Se sentó a nuestra mesa, comió con nosotros y conoció a mi familia. Nunca vi algo así en mi vida». «Don Carlo» es una persona con todas sus letras, a sus pupilos los trata como amigos y cuenta con el don de motivador, con la sabiduría de manejo de vestuario, que cautiva a la plantilla. Un entrenador con visión de juego, estratega por excelencia, puede variar el trayecto de un match con un cambio y un par de movimientos tácticos. Se adaptó a las diferentes épocas del fútbol, manteniendo el estilo elegante y efectivo.
En cada conferencia el hombre de terno negro, blanca camisa esboza: – «Hemos hecho un gran partido pero, no hemos ganado nada, la otra final es el miércoles”. Humildad es la palabra de un consagrado. Ya conquistó La Liga 2024 con jerarquía, a cuatro fechas de su final, la fiesta es en Cibeles, desde Valdebebas recorrerá la caravana madridista para celebrar con su hinchada el título 36 de La Liga española. -«El capitán del barco es Florentino», zanjó el DT, rociando de escultor de hazañas al presidente. Carletto se lo comió al Manchester City en Champions y al Bayern de Múnich con remontada en cinco minutos.
La gran final es con la sorpresa del torneo el Borussia Dortmund, y el Mister que es el único entrenador que acariciado la orejona en cuatro oportunidades y cuenta en su haber 28 títulos en su carrera, no escatima esfuerzos. El relajo es por unos días, para luego planificar la estrategia ante Dortmund y desmenuzar si hay aún más gloria para este gran señor. ¿Y si lo pierde? No pasa nada. Esto es fútbol. Ancelotti ya es eterno. ¡Centro al Área y tu tienes el balón!