Amunas: técnica ancestral de siembra y cosecha de agua se implementa en Huarochirí  

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  • Las amunas captan el agua de lluvia en las quebradas y la conducen a través de su terreno permeable, lo que permite que el agua se infiltre durante la época de lluvia y que sea liberada a través de filtraciones durante la temporada seca. 
  • Se conoce que un kilómetro de amuna aporta poco más de 148 mil m3/año de agua, según los estudios de monitoreo de Aquafondo. 
  • Coca-Cola apuesta por esta técnica ancestral como parte de su estrategia para contribuir con la seguridad hídrica en sus operaciones, cuencas y en la comunidad. 

Desde tiempos prehispánicos, los habitantes de la costa central del Perú, especialmente en Lima, han sufrido temporadas de sequía. Diversas soluciones se han propuesto para enfrentar esta problemática, siendo las amunas una de las más efectivas. 

Las amunas son infraestructuras hidráulicas ancestrales que recolectan agua de lluvia durante las temporadas más húmedas y facilitan la infiltración del preciado líquido hacia las cuencas o reservorios de la zona (por ejemplo, manantiales). Estos sistemas ancestrales permiten recargar o ‘sembrar’ agua que, en épocas de sequía, es ‘cosechada’ y empleada para la agricultura y ganadería, favoreciendo así el bienestar de las comunidades. 

A fin de garantizar la continuidad de esta práctica ancestral, y para contribuir a la seguridad hídrica en el país, Coca-Cola, junto a su aliado Aquafondo, vienen ejecutando un proyecto que consiste en la rehabilitación de 1.71 km de la Amuna Horno-Marcahuasi y que infiltra al acuífero ubicado en la comunidad de San Pedro de Casta, en Huarochirí. 

En ese sentido, el proyecto interviene en la cuenca del río Santa Eulalia, afluente del río Rímac. Gracias a esta amuna, se estima contribuir con más de 253 mil m3/año de agua y fortalecer la conservación del suelo para prevenir deslizamientos en épocas de lluvias. Asimismo, como parte de la iniciativa, los miembros de la comunidad de San Pedro de Casta han sido capacitados en el mantenimiento de las amunas y en la gestión integrada de los recursos hídricos.  

“En Coca-Cola, estamos convencidos de que la acción conjunta entre las entidades públicas, empresas y la sociedad civil es determinante en la creación de respuestas a los desafíos relacionados con el agua. Por lo tanto, asumimos nuestra responsabilidad compartida para ofrecer soluciones, apoyar e incentivar distintas iniciativas. Esto con el objetivo de aumentar la seguridad hídrica para las cuencas y las comunidades donde operamos”, destaca Verónica Bonifaz, directora de Asuntos Públicos, Comunicaciones y Sostenibilidad de Coca-Cola en Perú y Ecuador. 

¿Cómo funcionan las amunas y cuáles son sus beneficios? 

Las amunas captan el agua de lluvia en las quebradas y la conducen a través de su terreno permeable, lo que permite que el agua filtre desde el subsuelo hacia la cuenca durante la temporada seca. Esto es lo que se conoce precisamente como siembra de agua. Estudios geológicos y científicos demuestran que, a través de la infiltración, el agua recogida por las amunas puede llegar más allá de una comunidad, incluso hasta las ciudades. Los estudios de monitoreo hidrológico de Aquafondo revelan que, en promedio, un kilómetro de amuna aporta un poco más de 148 mil m³ de agua por año. 

“Los beneficios que obtenemos de las amunas son múltiples a nivel de ecosistema, paisaje, agricultura y ganadería. Esto porque las infiltraciones de agua que puedan darse en estos espacios afloran en los manantiales y ojos de agua ubicados en las partes más bajas”, explica David Macavilca Villa, coordinador técnico de Aquafondo.

Cabe destacar que el proyecto forma parte de la estrategia de agua para 2030 de Coca-Cola, la cual se centra en aumentar la seguridad hídrica. Para ello, trabajan junto a socios para proporcionar acceso a un suministro estable de agua limpia para las personas y los ecosistemas en las áreas donde operan.

“Las cuencas hidrográficas proveen agua para el consumo humano, la agricultura y la industria, ofrecen hábitats para plantas y animales, y brindan oportunidades para la recreación. Si bien la protección de las cuencas hidrográficas han sido un elemento fundamental de nuestro trabajo durante más de una década, nuestra nueva estrategia enfatiza aún más la mejora integral de la salud de las cuencas”, resalta Bonifaz.   

Estrategia global y acción colectiva 

La Compañía Coca-Cola regresó a la Semana Mundial del Agua en Estocolmo para compartir el avance en su estrategia global de agua 2030 y colaborar con diversos grupos de interés en soluciones a los desafíos de agua más urgentes del mundo. El evento, organizado por el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo, exploró las nuevas formas de gestionar el agua y enfrentar los desafíos más grandes de la humanidad, desde la seguridad alimentaria y la salud hasta la agricultura, tecnología y biodiversidad. 

Durante la Semana Mundial del Agua, la compañía compartió los avances de su estrategia global del agua, en la que se compromete a usar menos agua, proteger este recurso en la naturaleza y ayudar a proporcionar agua potable a las comunidades a las que sirven. Para ello, señalaron que están invirtiendo en distintas soluciones y alianzas que promueven el uso sostenible del agua para su negocio y las comunidades locales.

“Ninguno de nosotros puede resolver por sí solo los desafíos más urgentes relacionados con el agua en el mundo; se necesita una acción colectiva para acelerar y escalar. Por eso, nos asociamos con organizaciones locales y globales como Aquafondo, el Grupo de Recursos Hídricos del Banco Mundial, el CEO Water Mandate, Global Water Challenge, The Nature Conservancy y el World Wildlife Fund (WWF), así como gobiernos, comunidades y otras empresas, para abogar por una buena gobernanza del agua y políticas inteligentes sobre el agua”, concluyó Verónica Bonifaz.

Finalmente, la compañía destacó en el evento sus tres objetivos clave al 2030 relacionados con la gestión del agua, los cuales incluyen lograr un uso regenerativo del 100% del agua en 175 instalaciones que enfrentan altos niveles de estrés hídrico, mejorar la salud de 60 cuencas críticas en relación con sus operaciones y cadena de suministro agrícola, y restituir un total de 2 billones de litros de agua a la naturaleza y las comunidades en todo el mundo durante el período de 2021 – 2030.