Un recorrido por la trayectoria política del expresidente
Alberto Fujimori participó en las elecciones generales de 1990 como candidato presidencial y encabezando la lista al Senado del partido Cambio 90. Sin militancia conocida hasta ese entonces, el ingeniero Fujimori ingresó a la escena política en un proceso electoral fuertemente polarizado, en el que hasta inicios de 1990 se perfilaba como favorito Mario Vargas Llosa. Alan García y el APRA habían ganado ampliamente las elecciones en 1985, logrando que un partido largamente proscrito y perseguido asumiera el poder en un escenario signado por la crisis económica y el accionar terrorista. Sendero Luminoso, desde mayo de 1980, había declarado la guerra al Perú, con el claro propósito de replicar el modelo maoísta puesto en marcha en la República Popular China.
El presidente Alan García decidió reducir el pago del servicio de la deuda externa, reactivar la economía y controlar la inflación que bordeó el 250 % anual, al finalizar el segundo gobierno de Fernando Belaunde. La presencia del presidente García en la Asamblea General de Naciones Unidas y en otros foros internacionales, lo convirtió en un referente latinoamericano, en tiempos en los que aún prevalecía la guerra fría, la era soviética y aún estaba en pie el ominoso Muro de Berlín. El Perú creció económicamente entre 1986 y 1987, sin embargo los desequilibrios fiscales, la caída de los precios internacionales de las materias primas, los embates de la crisis de la «deuda externa» fueron limitando la capacidad de acción del gobierno. Por su parte Abimael Guzmán ordenaba el asesinato de militantes, dirigentes de base, prefectos, subprefectos, alcaldes y funcionarios públicos de filiación aprista. El APRA sufrió los embates de la lucha contra el terrorismo homicida, como ningún otro partido.
El aprismo a lo largo del tiempo se había confrontado con el comunismo internacional. Víctor Raúl Haya de la Torre había negado dialécticamente el marxismo ortodoxo y el leninismo, siendo su pensamiento inspirador de partidos políticos de frente único en toda América Latina. El gobierno del presidente García creó el GEIN, con el propósito de cambiar la estrategía en la lucha contrasubversiva, fortaleciendo el «trabajo de inteligencia policial». En marzo de 1990, la policía estuvo a punto de detener a Abimael Guzmán, no logrando su objetivo en ese momento, pero sí accediendo a información y videos que permitieron identificar a la cúpula senderista. Por su parte Mario Vargas Llosa que había incursionado en la política, oponiéndose al proyecto de ley de estatización de la banca en 1987, no lograba consolidarse como candidato presidencial, perdiendo posiciones frente al candidato del APRA, Luis Alva Castro.
A pocas semanas de la primera vuelta electoral, irrumpe Alberto Fujimori mostrándose como un candidato ajeno a la polarización política y al debate ideológico. En la segunda vuelta electoral, Alberto Fujimori cuenta con el respaldo del voto aprista y de los sectores de la izquierda. A pesar de no contar con mayoría parlamentaria, Cambio 90 preside tanto la Cámara de Diputados como el Senado. El presidente Fujimori con el apoyo y asesoramiento de los organismos financieros internacionales, puso en marcha un programa liberalizador de la economía. Un 8 de agosto de 1990, el gobierno anuncia el «ajuste o schock» que determinó que la inflación llegará al 400 % el primer mes; sin embargo antes de fin de año, la economía empezó a mostrar cifras moderadas de inflación. La reinserción financiera del país, formó parte de la puesta en marcha del llamado «Consenso de Washington», diseñado por expertos internacionales que se propusieron poner fin a los desequilibrios macroeconómicos que mostraban la gran mayoría de economías latinoamericanas en la década de los ochenta. El Congreso de la República le otorgó facultades al gobierno, para dictar medidas extraordinarias en el plano económico y en la lucha contra el terrorismo.
En 1990 estaba vigente la Constitución de 1979 que no impedía la puesta en marcha de reformas económicas. Mario Vargas Llosa y el Fredemo en general, nunca propusieron su derogatoria, a pesar de tener como eje de su campaña política, la puesta en marcha de un ajuste económico y un plan liberalizador de la economía. Cuando el presidente Fujimori decide quebrar el orden constitucional en 1992, las Cámaras del Congreso estaban presididas por líderes del Partido Popular Cristiano. Más aún el presidente Fujimori (hacía un tiempo) en un acto político realizado en la sede de dicho partido aseguró que que «se sentía pepecista».
Consumado el «autogolpe» del 5 de Abril de 1992 con el apoyo de las Fuerzas Armadas, el presidente Fujimori acentúo el tono de su discurso contra los partidos políticos. La casa del ex presidente Alan García fue asaltada por tropas militares. Semanas después el gobierno de Colombia le concedió asilo al presidente García. Por su parte Sendero Luminoso, multiplicó su accionar terrorista en Lima, con atentados como el que destruyó las instalaciones de Canal 2, el ocurrido en el centro financiero de San Isidro y el perpetrado en la calle Tarata de Miraflores. Por otro lado la comunidad internacional y los organismos financieros internacionales instaban al gobierno peruano para retornar a la institucionalidad democrática. Alberto Fujimori aceptó convocar a elecciones para elegir un Congreso Constituyente Democrático en los siguientes meses.
La captura de Abimael Guzmán en septiembre de 1992, cambió el curso del acontecer político. El GEIN formado durante el gobierno del presidente Alan García, había enfatizado en fortalecer el trabajo de inteligencia, destinado a «conocer mejor al enemigo», logrando desde los primeros meses de 1990, importantes avances con el claro objetivo de lograr la captura de Abimael Guzmán. Un sábado 12 de septiembre en horas de la noche, los integrantes del GEIN lograron allanar el inmueble en el que se escondía el líder terrorista; sin que de los hechos tuvieran conocimiento ni el presidente Fujimori, ni su asesor Vladimiro Montesinos. La captura de parte importante de la cúpula de Sendero Luminoso, se lograría en las siguientes semanas. El gobierno trazó como estrategía impulsar un Acuerdo de Paz, con la intención de que Sendero Luminoso deponga las armas. Fue elegido el Congreso Constituyente Democrático, sin la participación del APRA y de Acción Popular. El CCD aprueba un nuevo texto constitucional, incluyéndose la reelección presidencial inmediata, se establece un Congreso unicameral y un régimen económico que facilita la puesta en marcha de las reformas económicas.
En 1995, Alberto Fujimori es reelegido en primera vuelta, un año después el MRTA toma por asalto la residencia del Embajador de Japón, hecho que concita la atención internacional. El presidente Fujimori incluso viaja a Cuba, para entrevistarse con Fidel Castro, tratando de encontrar una salida a la «crisis de los rehenes». La operación «Chavín de Huantar» constituye un logro relevante, fortaleciéndose el liderazgo del presidente Fujimori. El Perú a partir de 1993, creció económicamente a lo largo de varios años (1993 – 1997). La crisis del Sudeste Asiático en el segundo semestre de 1997 y los efectos del Fenómeno del Niño en 1998 afectaron frontalmente la economía nacional, lo que trajo consigo una retracción de la economía nacional. El sistema financiero nacional fue afectado, varios bancos quebraron o afrontaron serias dificultades en ese período. En el plano político, se debatía la posibilidad de impulsar la postulación a la presidencia por tercera vez consecutiva del presidente Fujimori. Magistrados del Tribunal Constitucional fueron defenestrados, el Jurado Nacional de Elecciones autorizó la postulación del presidente Fujimori.
A lo largo del tiempo, Vladimiro Montesinos consolidó su poder político, a pesar de que supuestamente ocupaba tan solo un cargo de Asesor en el Servicio de Inteligencia Nacional. El gobierno promovió la existencia de la llamada «prensa chicha» que a través de portadas y titulares denostaba y agraviaba a los adversarios del gobierno. El fujimorismo que surgió en 1990, con la membresía política de Cambio 90, fue mutando o utilizando otras denominaciones como «Nueva Mayoría», «Vamos Vecino» y Perú 2000. La campaña reeleccionista del 2000, mostró cómo los grandes canales de televisión se negaban a transmitir propaganda contratada por la oposición. Vladimiro Montesinos había «comprado» virtualmente a determinados medios de comunicación, lo que quedaría en evidencia cuando se transmitieron los llamados «vladivideos». La elección de Alberto Fujimori en el 2000, fue cuestionada con la movilización de millares de ciudadanos. La O.E A. en ese entonces cumplió un papel de mediador.
El tercer gobierno de Alberto Fujimori se instaló el 28 de Julio del 2000, con un Gabinete que incluyó a Carlos Boloña. En setiembre del 2000, se propaló por intermedio de un canal de señal «cerrada» un video que cambió el curso de la política nacional. El país comprobó como el asesor Vladimiro Montesinos entregaba miles de dólares al congresista Kouri, con el propósito de que abandonara su grupo parlamentario y se sumara a la representación parlamentaria fujimorista. El transfuguismo había marcado las primeras semanas de la Legislatura de ese año. El presidente Fujimori, unos días después anunciaría al país, que convocaría a elecciones generales el siguiente año, precisando que no sería candidato a la presidencia. Se agrava la crisis política en el gobierno, aumenta la tensión entre el presidente Fujimori y Vladimiro Montesinos. Renuncia el Vicepresidente Francisco Tudela. El Congreso de la República censura a la presidenta Martha Hildebrandt. Fujimori allana el departamento de Vladimiro Montesinos de manera «dolosa» (con la presencia de un falso fiscal), sorprendiendo a la esposa del asesor de inteligencia. El presidente Fujimori se apropia de centenares de videos y documentación confidencial que se encontraba en el inmueble.
Días después Alberto Fujimori sale al exterior para asistir al Foro Asia Pacífico, según trascendió llevando consigo decenas de maletas. No retornó al país, renunciando a la presidencia de la República. El entonces presidente del Congreso Valentín Paniagua asume la presidencia de la República. El país durante el gobierno de transición es estremecido por sucesivas noticias, que ponen al descubierto la comisión de ilícitos penales por parte de Vladimiro Montesinos, los altos mandos militares y funcionarios del gobierno. Retorna al Perú, el ex presidente Alan García en Enero 2001, presidiendo una gran manifestación en la Plaza San Martín. Alan García pasaría a competir en la segunda vuelta electoral con Alejandro Toledo. Por su parte Alberto Fujimori se acogió a la doble nacionalidad, residiendo en Japón durante varios años, participando como candidato al Senado japonés. Fueron infructuosas todas las acciones legales para extraditar a Alberto Fujimori durante el gobierno de Alejandro Toledo.
En diciembre del 2005, Alberto Fujimori llega a Santiago de Chile, de manera sorpresiva. La misma noche de su arribo a territorio chileno, la Interpol lo detiene. Durante el gobierno del presidente Alan García fue extraditado al Perú, luego de cumplirse todos los procedimientos regulares, tipificándose la comisión de diversos ilícitos penales. Es oportuno resaltar que el presidente Fujimori recibió un trato digno por parte del gobierno del presidente Alan García. Finalmente Alberto Fujimori sería condenado a 25 años de pena privativa de libertad, señalándose que era responsable como «autor mediato» en los casos de «Barrios Altos» y «La Cantuta». El presidente Fujimori será indultado por el presidente Kuczinsky a finales del 2017. El indulto fue cuestionado políticamente, por ser parte de una negociación política entre un sector del fujimorismo y el presidente en ejercicio. Un tiempo después Alberto Fujimori retornó a prisión. A finales del 2023 cumpliendo una Resolución del Tribunal Constitucional, el gobierno hizo posible la excarcelación del presidente.
Alberto Fujimori sin militancia política conocida, irrumpió en la política nacional, liderando una organización política que ha adoptado diversas denominaciones a lo largo de los años. No es un partido con doctrina, ideario o filosofía política, que tal vez desde la ciencia política pueda ser calificado como una de las diversas formas de populismo latinoamericano con rasgos autoritarios y esencialmente caudillista. Alberto Fujimori nunca debatió ideológicamente, no recusó el marxismo leninismo, ni el maoísmo; desde un pragmatismo sin límites, no dudó en formar alianzas, como a la vez no tuvo reparo en prescindir de determinadas personas o grupos de acuerdo a las circunstancias.
El fujimorismo, a través de Keiko Fujimori, ha estado muy cerca alcanzar la Presidencia de la República en tres oportunidades. Alberto Fujimori en mi concepto siempre pugnó por el poder; por ello dejó Japón en el 2005, con el propósito de ser seguramente elegido presidente en las elecciones generales del año siguiente. En esa misma línea, a pesar de encontrarse gravemente enfermo; el fujimorismo no descartaba la idea de que postule a la presidencia en las elecciones generales del 2026. Más allá de Alberto Fujimori, el legado político del presidente Fujimori, tal vez se diluya en manos de sus hijos, Keiko y Kenyi. El fujimorismo ha sabido recuperarse políticamente más de una vez. Hoy tiene la primera representación parlamentaria en el Congreso y ostenta la primera vicepresidencia.
Alberto Fujimori tiene un lugar en la historia nacional. Sus seguidores sintetizan los logros de su gobierno en la lucha contra el terrorismo y en el control de la inflación. Durante los sucesivos gobiernos de Alberto Fujimori, se estabilizó la economía, pero las cifras de pobreza se mantuvieron por encima del 50% a nivel nacional; sin embargo al haberse desarticulado el proceso de regionalización durante su gobierno, el país siempre tuvo la impresión de que toda obra pública era iniciativa y decisión del presidente Fujimori. Alberto Fujimori se movilizó por todo el país, como si estuviera en una campaña política permanente. Las llamadas reformas de «segunda generación» fueron dejadas de lado durante su segundo gobierno. Un sector que lo respaldó ocupando altos cargos en su gobierno, con el tiempo se convirtieron en tenaces opositores. Desde el mundo caviar, nunca cesó el ánimo persecutorio contra Alberto Fujimori.
El fujimorismo deberá demostrar en los próximos años, si está en condiciones de librar una batalla política por la libertad.
Por: José Antonio Torres Iriarte