Un programa que transforma vidas: tres pequeños con hipoacusia profunda reciben implantes y escuchan por primera vez los sonidos del mundo

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El programa de implantes cocleares del Minsa, a través del INSN Breña, no solo devuelve audición, sino que transforma el futuro de los menores y fortalece el vínculo entre padres e hijos

A veces, el mayor milagro emerge desde el silencio, un silencio que puede durar años. Así ha sido para muchas familias peruanas, hasta que el Ministerio de Salud (Minsa), a través del Instituto Nacional de Salud del Niño (INSN) Breña, decidió otorgarles nuevos sonidos y música a sus vidas.

Hoy, gracias al programa de implantes cocleares, tres pequeños pueden escuchar el mundo por primera vez. Ariadne Valentina, Ian Cavid, ambos de 3 años, y Giordana, de 4, procedentes de Ayacucho, Pucallpa y Lima respectivamente, han pasado de la incertidumbre al descubrimiento, luego de haber sido intervenidos quirúrgicamente.

Para sus familias, esta experiencia ha sido transformadora. Padres y madres que un día temieron no poder comunicarse con sus hijos, que se angustiaron por las barreras que la sordera podría imponerles, hoy experimentan una nueva esperanza. Este programa, impulsado por el INSN Breña, marca un avance significativo en la salud pública para menores con hipoacusia profunda, brindando una oportunidad única a los más vulnerables.

Para el viceministro de Prestaciones y Aseguramiento en Salud, Herberth Cuba, la importancia de esta iniciativa radica en su alcance: “Este programa representa un cambio total, no solo en la vida del niño, sino en la vida de las propias familias”, destacó.

Bajo la dirección del Dr. José Araníbar, coordinador del Comité de Implante Coclear, el programa cuenta con un equipo multidisciplinario de especialistas que realizan el procedimiento para devolver la audición a los pequeños.
“La cirugía, que dura aproximadamente dos horas, requiere una precisión milimétrica para insertar el implante que transformará las señales sonoras en impulsos eléctricos que el cerebro puede interpretar”, explicó el especialista.

Uno de los momentos más conmovedores de este proceso fue la reacción de Giordana, quien escuchó por primera vez la voz de su madre. Aunque al inicio reaccionó asustada, en poco tiempo se adaptó, aferrándose con fuerza a su mamá. La Dra. Lilian Martínez, médico rehabilitadora, describió este instante de cambio: “Al principio pueden asustarse porque es algo que nunca habían escuchado, pero es increíble ver cómo en menos de una hora ya se adaptan a su nueva realidad auditiva”.

Para las familias, ver a sus hijos respondiendo a los sonidos es un sueño cumplido. Estos padres, que nunca dejaron de luchar, encontraron finalmente en este programa el apoyo necesario para que sus hijos puedan integrarse plenamente en su entorno.

El viceministro Cuba resaltó también la importancia de un seguimiento riguroso y continuo. “Cada implante tiene un costo entre 20 000 y 25 000 dólares, lo que representa un esfuerzo económico significativo del Estado, pero necesario para resolver este drama que afecta a muchas familias peruanas”, afirmó.

El director del INSN Breña, Carlos Urbano, explicó la importancia de continuar expandiendo el programa, mencionando que ya existe una lista de espera de aproximadamente 80 niños. “Un equipo multidisciplinario garantiza que los beneficios del implante se mantengan en el tiempo, realizando ajustes cuando sea necesario para optimizar los resultados”, comentó.

Asimismo, el Minsa realizó un llamado a los padres para que, ante cualquier señal de problemas auditivos en sus hijos, se acerquen a un establecimiento de salud y aprovechen las oportunidades que ofrece el Programa de Tamizaje Neonatal Auditivo. Cada año, uno de cada 1000 niños nace con sordera, y este programa es una esperanza tangible y necesaria para que más familias peruanas puedan vivir el milagro de escuchar.

Por cada pequeño que escucha su primer sonido, una familia entera renace en esperanza. Ver a sus hijos descubrir el mundo que los rodea, en el asombro de sus primeras palabras y en el eco de las risas compartidas, llena a estos padres de un amor que supera las barreras del silencio. No solo se devuelve la audición, sino que se entrega la oportunidad de recuerdos que, aunque aún no se han contado, pero ya comienzan a escribirse.