Presentado por la SEGIB y el CINDA, el informe destaca retos y avances desde 2016 hasta 2022, incluyendo el impacto de la digitalización acelerada por la pandemia.
El informe revela también un importante aumento en la matrícula en Instituciones de Educación Superior, que ha pasado de 21,7 millones a 29,9 millones de estudiantes en el periodo 2013-2014/2020-2021.
El gasto en el financiamiento total de la educación en Iberoamérica se ha mantenido en un valor algo superior al 4 % del PIB. Cinco países (Costa Rica, Chile, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana) destinan cerca del 20 % o más del gasto del Gobierno a educación, de acuerdo con el documento.
El Secretario General Iberoamericano, Andrés Allamand; el Presidente del Centro Universitario de Desarrollo (CINDA), Carlos Garatae, y la Secretaria General de Crue Universidades Españolas, Teresa Lozano, han presentado hoy la cuarta edición del «Informe Educación Superior en Iberoamérica», un estudio que radiografía el sexenio 2016-2022 de las instituciones universitarias en Iberoamérica. El documento analiza también las tendencias de cambio y transformaciones del sector en los 22 países de la región.
Durante el acto, celebrado en Madrid, Andrés Allamand ha destacado la importancia que supone para el Espacio Iberoamericano del Conocimiento, impulsado desde la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB), contar con información sistemática, confiable y de calidad sobre la evolución de los sistemas educativos iberoamericanos, considerados tanto en su conjunto como de manera individual.
«Una de las prioridades del Espacio Iberoamericano del Conocimiento es la construcción de un espacio común de educación superior, un objetivo para el cual resulta imprescindible contar con un panorama regional que no se limite a recoger datos, sino que muestre también los avances, transformaciones y tendencias de los sistemas y de las instituciones universitarias, tanto de forma agregada como pormenorizada en cada uno de los países de la región», ha resaltado Allamand. En cuanto a retos, el Secretario General Iberoamericano se ha referido a los desafíos «puertas adentro» (universalización, calidad, financiamiento, investigación e inteligencia artificial y digitalización); y externos, haciendo referencia a la gobernanza democrática, crecimiento económico y cohesión y movilidad social.
Para Teresa Lozano, uno de los grandes valores de este estudio es la oportunidad que ofrece para aprender. «Este informe no solo nos ofrece datos; nos brinda la oportunidad de reflexionar colectivamente sobre nuestras estrategias y políticas educativas», comentó. Por su parte, Álvaro Rojas, director ejecutivo de CINDA, ha destacado que «estamos ante un panorama que requiere no solo ver números, sino entender las transformaciones profundas que estos números representan para nuestras sociedades».
Y esos cambios están reflejados en datos como los que revela el documento y que hablan de un importante aumento en la matrícula en Instituciones de Educación Superior, que ha pasado de 21,7 millones a 29,9 millones de estudiantes en el periodo 2013-2014/2020-2021. Así mismo es importante destacar el gasto en el financiamiento total de la educación en Iberoamérica, que se ha mantenido en un valor algo superior al 4 % del PIB. Cinco países (Costa Rica, Chile, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana) destinan cerca del 20 % o más del gasto del Gobierno a educación, de acuerdo con el documento.
El estudio, coordinado por Joaquín Brunner, también resalta la importancia de la pandemia de COVID-19 en las Instituciones de Educación Superior (IES), que tuvieron que redefinir la forma y el fondo de sus servicios. Si bien existían tendencias de avance digital y digitalización de procesos en las instituciones de educación superior, la pandemia ha producido lo que algunos autores han definido como «catálisis digital».
Siete tendencias clave
Este cuarto informe de Educación Superior en Iberoamérica destaca siete grandes tendencias en cuanto al futuro de la educación superior en Iberoamérica.
Acceso Ampliado: El acceso a la educación universitaria ha crecido notablemente, especialmente en Chile, Cuba, y Ecuador, donde más del 80% de los jóvenes entre 20 y 24 años completan la educación secundaria, un prerrequisito clave para la entrada a la educación superior. En total, las matrículas universitarias han aumentado de 21.7 millones en 2013-2014 a 29.9 millones en 2020-2021.
Diversificación institucional: El predominio de universidades privadas sobre las públicas ha mantenido la tendencia en ascenso de una relación cercana de dos a una. Sus programas además son más cortos y menos costosos, respondiendo a una demanda creciente de educación técnica.
Mejora en la equidad: Aunque todavía existen barreras significativas para los estudiantes de bajos ingresos, la situación ha mejorado ligeramente desde 2016, con menos países mostrando tasas extremadamente bajas de acceso para el quintil de menor ingreso.
Progreso en la graduación: La proporción de mujeres graduadas supera el 50% del total de graduados en todos los países analizados, con tasas superiores al 60% en países como Argentina, Brasil y Perú, reflejando un progreso notable hacia la igualdad de género en la educación superior.
Desafíos para la profesión docente: La mayoría de los profesores en América Latina no cuentan con una carrera académica formalizada, y muchos no poseen estudios de posgrado, operando bajo contratos a menudo precarios.
Financiamiento estable pero insuficiente: La inversión en educación superior se ha mantenido en torno al 4% del PIB, aunque hay variaciones significativas entre los países. Cinco países (Costa Rica, Chile, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana) invierten más del 20% del gasto gubernamental en educación, destacando un compromiso fuerte con la educación como prioridad nacional.
Falta de estandarización en la calidad: No existe un estándar uniforme en todo el sistema educativo superior de Iberoamérica, y las normas varían considerablemente de un país a otro. Esto afecta todo, desde la estructura de las universidades hasta los procesos de acreditación, especialmente en el sector privado.