Gran expectativa ciudadana ha generado el inicio de operaciones en la etapa 1A de la Línea 2 del Metro de Lima y Callao, que recorre Ate y Santa Anita.
El inicio de operaciones del primer tren subterráneo del país ha generado gran expectativa en la ciudadanía. La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU), organismo técnico adscrito al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), informó que, en su primera semana de funcionamiento, 92 565 personas se trasladaron de manera gratuita por la etapa 1A de la Línea 2 del Metro, que el pasado 21 de diciembre inició su marcha blanca por un periodo de 90 días.
Este suceso marca un hito en el país, porque implica un cambio profundo en la forma de moverse en la ciudad, a través de un sistema moderno, seguro, accesible y sostenible. Este primer tramo contempla cinco kilómetros de recorrido, entre Ate y Santa Anita.
La entidad precisó que, de las cinco estaciones en funcionamiento, las que registraron mayor afluencia de pasajeros fueron Evitamiento (32 388 usuarios), Mercado Santa Anita (25 339), y Óvalo Santa Anita (17 894). Del otro lado estuvieron Colectora Industrial (9034) y Hermilio Valdizán (7910).
La ATU indicó que, desde hoy y durante el periodo de prueba, ya no será necesario utilizar la tarjeta. Los usuarios podrán recorrer este primer tramo sin ella, a fin de que puedan acceder libremente a este servicio y utilizar un sistema de transporte masivo moderno en compañía de familiares o amigos, para que se familiaricen con el tren, lo usen de forma correcta y lo cuiden.
Además, esta medida permitirá evitar imprecisiones, determinar la demanda real del servicio y evitar las colas que se han generado en las boleterías durante esta etapa.
Asimismo, se busca que los denominados “usuarios curiosos”, es decir, quienes no serán usuarios frecuentes, puedan acceder al servicio sin generar una demanda irreal y sobredimensionada del servicio.
Las personas que han adquirido las tarjetas deberán conservarlas para recargarlas cuando finalice la marcha blanca y se empiece a cobrar el servicio.
De esta forma, se promueve también una cultura ciudadana basada en valores y comportamientos que contribuyan a una convivencia respetuosa y tolerante entre los usuarios del metro.