Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la expresión cultural Chimaycha con Chinlili de Ayacucho

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Por constituir una práctica performativa y ritual de esta parte del Perú; así como un marcador sonoro de identidad de las comunidades que lo practican.

El Ministerio de Cultura declaró Patrimonio Cultural de la Nación a la expresión cultural Chimaycha con Chinlili de las provincias de Cangallo, Fajardo y Huamanga en el departamento de Ayacucho, por constituir una práctica performativa y ritual; así como un marcador sonoro de identidad de las comunidades que lo practican.
La expresión recibe el merecido reconocimiento, además, por ser un vehículo de transmisión y difusión activa mediante dinámicas sociales de cortejo, competencia e integración de conocimientos asociados con la construcción y ejecución de instrumentos musicales distintivos y la constante creación de repertorios propios y la ejecución de formas coreográficas.
La Chimaycha con Chinlili es una expresión cultural que conjuga música, canto, baile, fiesta y memoria que es practicada en tres de las once provincias del departamento de Ayacucho. Específicamente, se ha identificado su práctica en los distritos de Chuschi, María Parado de Bellido y Totos, en la provincia de Cangallo; en los distritos de Sarhua, Vilcanchos, Huamanquiquia, Alcamenca y Huancaraylla, en la provincia de Fajardo; y en las comunidades campesinas del distrito de Vinchos, en la provincia de Huamanga.
La representación y transmisión de la Chimaycha con Chinlili se da en el contexto de festividades tradicionales de las comunidades y pueblos donde se practica. Se trata de una expresión musical asociada al ciclo agrícola y ciclo de vida de sus cultores en el campo que acompaña sus recorridos y espacios de encuentro.
Testimonios recogidos para el expediente técnico mencionan que, tiempo atrás, esta expresión también era conocida con otros nombres asociados a los momentos en que se ejecutaba, como: purikaramusun urqupi (caminemos juntos por la puna), pasiakaramusun pasñacha (paseemos jovencita), minkanakaramusun (acordemos encontrarnos) o hakuchik pukllaramusun (vamos a jugar), todas ellas prácticas propias de la vida en comunidades rurales.
El contexto cultural de la Chimaycha sería principalmente el pukllay, institución originaria quechua, ocasiones de encuentro y confraternidad entre jóvenes, la cual tiene lugar en distintos momentos del calendario productivo de las comunidades.
En el distrito de Chuschi, uno de los contextos más tradicionales en los que se ejecuta la Chimaycha es la bajada de ganado o vacayaykuy que se realiza el 24 de junio de cada año, cuando los comuneros arrean al ganado vacuno desde los doce barrios del distrito con dirección a la zona de Huayllapucru.
Otra ocasión en que se escucha la Chimaycha, es durante la Semana Santa, en el momento de la repartición de los panes cuando repican las campanas, se toman ponches y se revientan cohetes en señal de celebración durante el Sábado de Gloria.
Fuera del contexto festivo, la Chimaycha acompaña matrimonios, el wawa pampay (entierro de niños) y en los aniversarios de las comunidades y distritos. Asimismo, hay lugares significativos asociados a su práctica tales como la pampa de Patario, en la comunidad de Quispilaccta; la plaza de Lindero y Chimaycha, en el distrito de Sarhua, y Wankaray Pata, lugar de confluencia de diversas localidades como Sarhua, Huarcaya, Auquilla, Tomanga y a veces Cocas y Lucanamarca.
Sobre el Chinlili
El Chinlili es un instrumento cordófono de cuerda, propio de la zona central de la cuenca hidrográfica del río Pampas, principalmente en las jurisdicciones de las provincias de Cangallo y Fajardo, utilizado exclusivamente para ejecutar la Chimaycha, acompañado del canto a dúo de varones y mujeres jóvenes; estas últimas se caracterizan por voces muy agudas, marcando una sonoridad especial.
Se trata de un cordófono adaptado de la viguyla y muy parecido al charango. Su nombre provendría de la onomatopeya «chinlin chinlin», derivado del timbre agudo que produce el punteo o pique de sus cuerdas. El Chinlili emplea ocho cuerdas metálicas divididas en seis órdenes simples o dobles.
La tradición oral señala que el Chinlili sería resultado de la adaptación de la viguyla y adaptado para poder llevarlo con facilidad en los recorridos de los comuneros por el campo y, especialmente, para poder ser fácil de ocultar en los ponchos o mantas de los jóvenes que se desplazaban y escondían de los padres.
La ejecución del Chinlili, antiguamente eran solo de los varones quienes se dedicaban a tocar el instrumento, pero desde hace algunas décadas, su uso se ha extendido a las mujeres.
Sobre el baile de Chimaycha
En cuanto a las características del baile asociado a la música de la Chimaycha, los danzantes recrean escenas de la vida comunal, incluyendo memorias de la vida michiy, del atipanakuy, espacios de competencia incluyendo pruebas de resistencia física, y el tradicional lapyay que consiste en golpear con la palma de la mano el pecho del contrincante buscando que caiga o pierda el equilibrio.
La Chimaycha es un vehículo para la expresión de la memoria, la cosmovisión y la vida cotidiana de las comunidades donde se ejecuta. Ello incluye la creación de composiciones en las que se difunden demandas y críticas a las autoridades o a la situación social que vive la localidad y el país.
El aprendizaje de la Chimaycha con Chinlili se caracteriza por la naturalidad con la que niños y niñas lo incorporan como parte de su vida en comunidad, al participar desde muy pequeños en las festividades religiosas y civiles, en las que hay música, canto, baile y fiesta. Por todo ello, la expresión es ahora Patrimonio Cultural de la Nación.