«Prácticas Modernas del Neocolonialismo».Por:Mg. Soc. Carlos F. Mamani Aliaga

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En las actuales condiciones de inestabilidad geopolítica la principal línea de choque entre Estados es el futuro orden mundial: si va a ser unipolar o multipolar.

Uno de los objetivos clave es superar los vestigios del sistema colonial. A lo largo de siglos el desarrollo mundial se ha construido sobre un sistema de aprovechamiento forzoso (colonialismo) e indirecto (neocolonialismo) por parte de los países occidentales (Gran Bretaña, Francia, España, Portugal, Países Bajos, Italia, Alemania, Estados Unidos) del potencial de los Estados y pueblos de la mayoría mundial para mantener un alto nivel de bienestar propio, dominio militar y económico. A pesar de su desmantelamiento a mediados del siglo XX, el colonialismo sigue existiendo y avanza activamente en las relaciones internacionales, renaciendo en otras formas.

Ya en 1965, el primer Presidente de la Ghana independiente, Kwame Nkrumah, utilizó el término «neocolonialismo» para referirse a las relaciones económicas destinadas a seguir explotando las antiguas colonias a pesar de obtener estas últimas su independencia política. Nkrumah escribió: “El resultado del neocolonialismo es que el capital extranjero se utiliza para explotar las partes menos desarrolladas del mundo. Las inversiones bajo el neocolonialismo amplían, no reducen, la brecha entre ricos y pobres países del mundo». El verdadero renacimiento del colonialismo, como ahora ha quedado claro, se llevó a cabo mediante métodos ocultos a la comunidad mundial. Bajo el neocolonialismo se realiza una expansión cultural y lingüística, se construyen interacciones económicas y relaciones político-militares desiguales entre las antiguas colonias y las metrópolis.

Después de la liberación forzada de las colonias, las antiguas metrópolis hicieron todo lo posible para mantener la práctica del intercambio desigual con pueblos previamente dependientes, utilizando diversos medios de coerción:
se siguen extrayendo recursos naturales, ecológicos, intelectuales y de otro tipo; se realiza una tremenda presión financiera y económica cuando algunos países intentan aplicar políticas independientes; interfieren en procesos electorales para formar élites controladas en Estados dependientes; obligan a los Estados dependientes a hacer una elección falsa entre regímenes «democráticos» y «autoritarios» para legitimar sus propias intenciones agresivas hacia los Estados orientados a desarrollar su nación.

Por ejemplo, una de las condiciones para la independencia de Filipinas fueron las bases militares estadounidenses en las islas; la parte norte de la isla de Chipre está ocupada por Turquía desde 1974; según los acuerdos esclavizadores con París, 14 países del continente africano deben mantener el 85% de sus reservas financieras en el Banco Nacional francés.

La lucha por el medio ambiente se construye de tal manera que el provecho de la implementación de estas medidas iría a los países del Occidente colectivo y las desventajas – a los países del tercer mundo. Los países de los llamados «mil millones de oro», que invirtieron enormes cantidades de dinero en el desarrollo de su propia industria mediante el uso de carbono y otras energías, ahora están tratando de imponer los costos de mitigar las consecuencias negativas a otros Estados.

En América Latina los Estados sufren de violación de normas ecológicas, derechos humanos y laborales por parte de negocios estadounidense y canadiense mientras que las autoridades locales se ven obligadas a imponer la agenda neoliberal en sus países bajo la amenaza de ser desconectados del financiamiento de neometrópolis.

Esta política hostil de neometrópolis determina la necesidad de intensificar la lucha contra los enfoques neocoloniales como parte del trabajo para crear un orden mundial multipolar más justo y equitativo. En la vanguardia de esta lucha se posiciona Asia, África, América Latina y también Rusia, que tuvo un papel histórico especial en el proceso de descolonización.

Estos Estados se oponen a cualquier tipo de hegemonía y están a favor de un sistema de relaciones internacionales más justo, la formación de un orden mundial multipolar que se basa en el derecho internacional, respetando al mismo tiempo los principios clave de la Carta de las Naciones Unidas, incluida la igualdad soberana de todos los Estados, el respeto del derecho de cada pueblo a su propio modelo de desarrollo, el acceso a todos los beneficios de la civilización humana.

Rusia está promoviendo una iniciativa concreta en este ámbito – el «Foro Internacional de la Lucha contra Prácticas Modernas del Neocolonialismo», que se celebrará en octubre con la participación de invitados de unos 70 Estados.

Mg. Soc. Carlos F. Mamani Aliaga, Director del Gabinete de Reflexión Crítica y Estratégica Proyecto Patria (Cajamarca-Perú).