El presidente Alberto Fernández anunció este lunes que impulsa una demanda contra el gobierno de su antecesor Mauricio Macri por el préstamo de 55 mil millones de dólares otorgado por el Fondo Monetario (FMI), y el gran endeudamiento externo con acreedores privados.
Instruyó a las autoridades pertinentes para que determinen “quienes han sido los autores y partícipes de la mayor administración fraudulenta y de la mayor malversación de caudales que nuestra memoria registra”.
Con esto, dijo, intenta poner fin “a las aventuras de hipotecar al país. Es necesario que endeudarse no sea gratis y que los responsables rindan cuentas de sus actos y dejen de circular impunes dando clases de economía en el país y en el mundo”.
Al abrir las sesiones ordinarias del Congreso, propuso además una serie de leyes, se refirió con realismo a toda la temática en el contexto de la pandemia del Covid-19 y recordó que un representante del FMI reconoció que ese crédito excepcional fue impulsado por la administración de Donald Trump “para favorecer al entonces presidente Macri en la búsqueda de su reelección”.
Expuso: “una deuda tomada por un gobierno irresponsable que obtuvo un crédito otorgado en su favor por motivos absolutamente políticos, merece una revisión y un tratamiento adecuado a la hora de su renegociación”.
Solicitó la aprobación de la reforma judicial y la modificación de la ley del Ministerio Público para designar el procurador general. El Poder Judicial de acuerdo a encuestas es el menos legitimado por la población.
“El Poder Judicial está en crisis, parece vivir en los márgenes del sistema republicano”, aseguró el mandatario, que evaluó que es “impostergable” el debate de una reforma judicial profunda. Se refirió a los grandes privilegios que favorecen a los magistrados “de los que no goza ningún miembro de la sociedad. Ningún magistrado ni funcionario judicial paga hoy el impuesto a las ganancias que sí tributan millones de trabajadores y funcionarios del sector público y privado. En el caso de los miembros de la Corte Suprema, acceder a la declaración jurada de sus bienes es virtualmente imposible”.
Recordó que en Argentina “hay un fiscal procesado por delitos severos como el espionaje ilegal o extorsión que sigue en funciones como si nada”, en alusión a Carlos Stornelli, a quien no nombró.
Pidió al Congreso que asuma el rol de “control” del Poder Judicial que le otorga la Constitución ante los “desvíos” en los que incurre, y mencionó el caso del juez Gustavo Hornos y sus visitas a Macri, sin referirse directamente a él-
Otro proyecto de ley clave es la emergencia en los servicios públicos y regulados para avanzar en la desdolarización de las tarifas para “adecuarlas a una economía que tiene sus ingresos en pesos”, y prometió ponerle fin “al martirio” de tener que elegir “entre comer o pagar la luz y el gas”, y lograr además que se fije un salario mínimo que beneficie a más de un millón de trabajadores.
Entre otros temas la lucha contra la violencia de género y evitar que los feminicidios “se consumen sin que muchos jueces y fiscales hagan lo necesario para impedirlos”.
De la misma manera destacó el tema de los Derechos Humanos como una política de Estado, cuyos resultados se han podido observar en el último año.
Abordó el tema de la vacunación y el uso político de éste por la oposición que llegó a la extrema violencia de colgar el pasado sábado bolsas simulando cadáveres en las rejas de la gubernamental Casa Rosada con nombres de referentes en derechos humanos funcionarios y jóvenes militante.
Se refirió al escándalo por personas vacunadas de manera privilegiada y que costó la salida del ministro de Salud, Ginés Gonzáles García. “Si se cometen errores, la voluntad del presidente es corregirlos de inmediato”, dijo al recordar que nunca se había lanzado una política de alcance sanitario y social y económico como lo la adoptada para paliar la crisis generada por la pandemia.
El Covid-19 llegó a menos de tres meses de su arribo al gobierno, cuando el el sistema sanitario estaba destruido por las medidas tomadas por el gobierno macrista que convirtió al Ministerio de Salud en una Secretaría. Describió las acciones sociales adoptada su por su gobierno que han sido reconocidas en diversos lugares del mundo.
Sostuvo no llegó a la Presidencia para “ser sordo a las críticas bien intencionadas”. Convocó a un gran acuerdo federal por la igualdad educativa y responsabilizó al gobierno de Macri por la desinversión sistemática en la educación y la moderinzación digital entre tantas otras
“Es el diálogo y los grandes acuerdos nacionales los que permiten hacer de la educación una política de Estado y no solo una acción de gobierno”, aseveró.
Ratificó una vez más la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas y todos los avances realizados en los últimos meses, al resaltar que “ya no son tiempos de colonialismo”.
Fuente: Agencia Nodal/La Jornada