Alianza Lima perdió la mística y naufraga en las profundidades como hace 82 años atrás.Por Julio Alzola

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Un cuadro empalidecido y sin moral se va a la Liga 2, mientras vándalos atacan a la policía y provocan destrozos materiales, entre ellos la Estación Estadio del Metropolitano.

Cuando se pierde la mística el naufragio es una realidad. Esa faceta es la que mostró una vez más la tarde de este sábado el Alianza Lima, cayendo por 2-0 ante el Sport Huancayo. La Liga 2 (segunda división) lo espera como hace 82 años, cuando el cuadro blanquiazul perdió por el mismo marcador ante el Mariscal Sucre, viéndose obligado a jugar en la categoría de ascenso en El Potao (Rímac).

Hace años el Alianza Lima le está fallando a su hinchada. Ese club que se caracterizaba por la intimidad que reinaba entre sus jugadores y por el amor que significaba la defensa de su casaquilla distintiva, son elementos que se han extinguido con el paso de los años.

La descolorida actuación de hoy de los jugadores aliancistas no hace sino ratificar la carencia de amor hacia esa histórica institución de 119 años de vida institucional, que ha descuidado a sus canteras, donde se formaron grandes figuras aliancistas y de la Selección Nacional.

El ojo y la mano del recordado “Cholo” Castillo se extraña. Alianza ya no saca figuras como lo hacía en el pasado, como sucedió con Víctor Benitez, Juan Joya, Carlos y Oscar Gómez Sánchez, Cornelio Heredia, Félix y Roberto Castillo, Juan de la Vega, Manuel Grimaldo. Y ni hablar de “Perico” León, “Pitín” Zegarra, Teófilo Cubillas, Julio Baylón, “Babalú” Martínez, Eladio Reyes, Carlos Charún, César Cueto, José Velásquez, entre muchos más.

Ahora resulta común ver a jugadores extranjeros de talla mediocre jugar en el equipo principal, relegando a juveniles ávidos de triunfos y de entrega. No se les da esa oportunidad. Se recurre al inmediatismo con los resultados ya conocidos: caída a la segunda división.

Como quisieran otras instituciones contar con la infraestructura deportiva que tiene Alianza Lima. De partida con canchas de fútbol y un estadio.

Resulta inexplicable que un club de esas condiciones se vaya a la liga de ascenso. Y todo por una desacertada gerencia institucional.

También resulta repudiable el vandalismo de una “hinchada” que se lanza a las calles para destrozar la propiedad pública y privada, atacando a la policía. Más que simpatizantes son delincuentes y eso se tiene que cortar de raíz en el fútbol peruano.

Es de esperar que se corrijan los errores y que el club aliancista vuelva a la división de honor. Pero el retorno no será fácil. El calificativo de cuadro grande del fútbol peruano se ha empequeñecido. Tendrá que bregar con entereza en la Liga 2 y, sin duda, se hará extrañar en la primera división. La noticia de la baja del histórico Alianza Lima ha dado la vuelta al mundo y ha causado sorpresa y llanto .

Por: Julio Alzola C.