- Afirma el escritor y cineasta Augusto Tamayo San Román al presentar, en la Municipalidad de Miraflores, su libro “Ricardo Palma, espíritu de lo peruano”.
- Alcalde de Miraflores Luis Molina señaló que obra es un homenaje de Miraflores a su más ilustre vecino, el tradicionista Ricardo Palma.
El escritor y cineasta Augusto Tamayo San Román presentó esta noche en la Municipalidad de Miraflores su obra “Ricardo Palma, espíritu de lo peruano”, acto que se llevó a efecto dentro del programa conmemorativo por los 100 años del fallecimiento del ilustre tradicionista peruano y vecino miraflorino Ricardo Palma.
El autor de la obra narra su admiración por Ricardo Palma, a quien consideró no solo como un extraordinario escritor, sino como un modelo notable de peruanidad.
El acto contó con la presencia de numerosas personalidades vinculadas al mundo de las letras y la cultura en general. El discurso de honor estuvo a cargo del Alcalde de Miraflores Luis Molina, quien compartió la mesa con Tamayo San Román y los señores Pedro Cortez Rojas (Presidente de Telefónica) y Nelson Alvarado Jourde (Gerente General de Fundación BBVA), firmas que auspiciaron la publicación.
La autoridad edil resaltó el aporte de Tamayo San Román a la cultura peruana e indicó que desde niño fue un ávido lector de las Tradiciones Peruanas, y, como su ilustre padre, un admirador de Ricardo Palma.
Este libro, remarcó, constituye un homenaje a una de las más grandes figuras emblemáticas de las letras y de la cultura peruana, así como un compendio de los 86 intensos años de su vida. Se trata de una edición de lujo que es producto de años de investigaciones de Augusto Tamayo y su equipo; cuenta con fotografías poco conocidas, ilustraciones y documentos de Palma y su familia que ahora está a disposición de todos.
Ricardo Palma fue escritor, periodista, académico de la lengua, bibliotecario, marino, defensor de la patria y hombre de bien. Fue todo eso y más, recalcó el Alcalde; nos dejó un legado como sociedad y como país que debe hacerse conocer a las nuevas generaciones; porque, citando al Tradicionista: “es mi libro, bien mirado, lecciones que da el pasado al presente y al porvenir”.
No puedo dejar de comentar que el jueves pasado, Augusto Tamayo estrenó su película “Sebastiana, la maldición”, basada en el relato “Mujer y Tigre”, que está en la primera serie de Tradiciones Peruanas, acotó.
Estoy seguro que así como Augusto, otros cineastas y guionistas hallarán en la vasta obra de Palma muchas historias que puedan ser llevadas al cine y la televisión.
El Alcalde Molina agradeció a la Fundación BBVA y a Telefónica por el apoyo a la edición de este magnífico libro, que es un gran aporte para la bibliografía sobre del insigne literato.
LA PALABRA DE AUGUSTO TAMAYO
A su turno, Tamayo San Román señaló que detrás del libro hay, como es obvio, varios intereses personales de él. En primer lugar, dijo, mi absoluta admiración y aprecio por la figura entrañable de Ricardo Palma. Aprendí a quererlo desde que lo leí en la adolescencia, cuando mi padre me lo diera a leer, después de haberme dado a leer a Salgari y a Verne años antes. Palma es no solo el extraordinario escritor que todos sabemos que es, si no es, creo yo, un modelo notable de peruanidad. Encarna, como han dicho muchos, el espíritu de lo peruano, pero no solo en su vastísima y multiforme obra, sino en sí mismo y en su agitada y laboriosa vida. Vive el más trágico siglo republicano y asume todas sus complejas circunstancias con compromiso y coraje, sin escabullir responsabilidad alguna. No se va nunca del país, a pesar de poder hacerlo varias veces ventajosamente, en cambio vive y sufre desde dentro y sujeto a todos los consiguientes perjuicios, los acontecimientos más dramáticos de su tiempo.
Se compromete en la turbulenta vida política de ese siglo turbulento; participa y casi muere en el Combate del Dos de Mayo, vive la intensa debacle de la Guerra del Pacífico y participa en la defensa de Lima, perdiendo su casa en Miraflores como consecuencia de la derrota. Crea la Academia Peruana de la Lengua, trabaja incansablemente por la lengua castellana del Perú, reconstruye la Biblioteca devastada e investiga y edita libros fundamentales de la cultura peruana.
Su labor es incansable, abierta, tenaz y patriótica. Tal vez por todo ese infatigable trajinar es que ha recibido el absoluto reconocimiento del país, desde antes siquiera de morir. Es mucho más que un escrito, es casi un emblema.
En segundo lugar, precisó, me guía, en la elaboración de este libro, mi interés por la divulgación de la cultura peruana. La cultura es lo que construye una sociedad, está en la base de su ser y de su identidad. La historia de la cultura de un pueblo es la historia de su espíritu. Y como comunicador me he propuesto su divulgación amplia de ella a través de los diversos medios existentes hoy en día.
Como cineasta, documentalista, escritor y gerente editorial, procuro utilizar el cine, los documentales, los programas de televisión y los libros para difundir hasta es posible elementos de esa cultura en los ámbitos de la literatura, la historia, la arquitectura, el cine y la ciencia.
Admiro y aprecio sin reserva la labor de los académicos eruditos que acumulan y registran el saber de esa cultura, pero los resultados de ese saber pienso deben alcanzar a la mayor cantidad posible de miembros de una comunidad. En estos tiempos de indiferencia y de desinterés, la labor de divulgación abierta y general es imprescindible.
El propósito de este libro es ampliar el ámbito de aquellos que conocen a Palma, más allá de su nombre en una calle o de una institución. Contribuir a que este importantísimo personaje de la cultura peruana retome el espacio de familiaridad que tuvo en el Perú por décadas, espacio un tanto perdido en estas épocas de distraídos y olvidadizos.
En tercer lugar está mi convencimiento del absoluto poder comunicacional de la imagen. Como cineasta y fotógrafo sé de la capacidad de comunicar, expresar y narrar que tiene una imagen y por eso es un libro ilustrado. Pudiendo tener muchas más, las imágenes de este libro cuentan también, a través de sus rasgos diversos, la biografía, el contexto y la atmósfera del tiempo que Palma vive. La imagen es instrumento fundamental de nuestro tiempo, es casi imposible la comprensión de la intrincada realidad contemporánea sin la constante presencia de imágenes. La mente y el espíritu humano contemporáneos las reclaman ineludiblemente.
En cuarto lugar está mi interés por la ciudad de Lima. Palma y los acontecimientos principales de su vida están estrechamente vinculados con Lima. Palma es peruano por antonomasia, pero es limeño en muchas de las características que lo definen. Su personalidad, su manera de ser, sus intereses, sus reacciones anímicas, su humor, su irreverencia y sus rasgos de ingenio son fundamentalmente limeños.
La ciudad en que nacemos y vivimos es un componente importante de nuestra identidad y de la naturaleza y por otro lado, acompaña el crecimiento de la relativamente pequeña ciudad que es Lima en el albor de su independencia u otra Lima está presente en casi toda su obra, en casi todos sus libros, como teatro de acontecimientos vividos, pero también como esencia de su identidad.
Dirigiéndose al auditorio Tamayo pidió permiso para leer el texto de presentación del libro que dice:
Larga y plena es la vida de Ricardo Palma, el más representativo, tal vez el más importante escritor peruano. Lo es por la trascendencia de su obra en el mundo, por la vigencia que tuvo y tiene a lo largo de los años en la cultura nacional, por su importancia en la forja de una identidad de lo peruano y por retratar un universo que es reflejo de lo más característico, de lo más estimable, pero también de lo más dañino de nuestro carácter. La vida misma de Ricardo Palma es, en los muy diversos acontecimientos que la constituyen, una suma de emblemas de la vida peruana. Vivió en carne propia lo bueno, lo malo y lo terrible de nuestras circunstancias y reaccionó frente a todo con rasgos que claramente lo definen: entrega, abnegación, humor, escepticismo, socarronería, aceptación resignada, espíritu combativo y estoicismo tolerante.
La época que vivió Palma es también representativa de lo peruano. La define el caos, la derrota, el ánimo exaltado, el desconcierto, un romanticismo un tanto ingenuo y una lucha permanente entre facciones. Todo en Ricardo Palma se entiende por su condición de peruano, y todo lo que hizo se explica en el contexto de nuestra idiosincrasia. No hay síntesis más completa de lo que somos, pero en una mejor versión. Une a todo eso una inteligencia despierta y perspicaz, una actitud noble ante lo que considera digno y plausible, una capacidad crítica mordaz y picante, una habilidad pasmosa de escritor y, particularmente, de prosista. No hay pluma que fluya de manera más suelta y al mismo tiempo más exacta. Parece absolutamente libre de esfuerzo y sin embargo sorprende por su ritmo, sus énfasis, su sonoridad y su gracia. Descubre de la observación de su entorno una forma de hablar totalmente propia y la recrea en cada oración y en cada párrafo. Descubre de la observación del universo social en que vive una manera de ser enteramente particular y la plasma en personajes, situaciones y ambientes. Afirma rotundamente Raúl Porras Barrenechea en su texto “Palma satírico”: “Palma, el espíritu más representativo de nuestra literatura”. En realidad, todo en Palma es representativo de lo peruano; pareciera absolutamente anclado en lo nacional y, sin embargo, de una forma admirable, es igualmente universal.
Este libro es una forma de abierto homenaje y de declaración con asombro ante lo que Palma significa –más allá de lo meramente literario- en la historia del Perú.
Personajes como el Embajador Juan Alvarez Vita, el Dr. Alberto Varillas Montenegro, la Dra. Cecilia Bákula, Julio Calvo, entre otros asistieron a la ceremonia de presentación de “Ricardo Palma, espíritu de lo peruano”.