El 8 de marzo se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Mujer. En honor a las mujeres que han hecho y hacen historia, KAYAK seleccionó a aquellas que han sido parte trascendental de la historia política y cultural de América Latina y recreó en junto al relato de sus carreras, un recorrido sobre las ciudades que vieron nacer a cada una de ellas.
Lima, la capital peruana, vio nacer a muchas mujeres que dejaron su marca en diferentes ciencias. Una de ellas es Pilar Dughi, escritora y psiquiatra cuya obra es considerada por haber sido infravalorada durante su carrera. Sin embargo, su reedición completa en 2017 hizo resurgir un legado que estaba escondido a ojos del público masivo. Algunos de los lugares más recomendados para visitar en su ciudad de natalicio son el Museo Larco, destacado por contener más de tres mil años de historia de la era precolombina del país incaico; el Centro Histórico, que abarca los edificios más antiguos y el primer emplazamiento de la capital, también es considerado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 1988; y la Costa Verde, una vía que recorre la zona centro-sur de Lima y que sirve como acceso a las playas que dan al Océano Pacífico.
Reconocida por su pluma a nivel internacional es Victoria Ocampo, nacida en Buenos Aires en 1890. Fue una de las escritoras más prolíficas de Argentina y una mujer multifacética, ya que también se dedicaba a realizar actos filantrópicos e incluso fue fundadora de la emblemática revista y editorial Sur, dedicada a la difusión de obras literarias de autores tanto nacionales como del exterior. Contó con tres residencias a lo largo de su vida, en Beccar, Mar del Plata y Palermo, todas convertidas en establecimientos de interés cultural. En la que se encuentra en el barrio porteño, criticada en su momento por tener un estilo moderno en un barrio donde predomina la arquitectura francesa, funciona el museo Casa Villa Ocampo, que contiene la vida y obra de la escritora, además de ser sede del Fondo Nacional de las Artes.
La pintura latinoamericana no tiene un gran reconocimiento en el resto del planeta. Sin embargo, la mexicana Frida Kahlo se enmarca como una de las excepciones de esta tendencia. Con más de doscientos trabajos en su repertorio, la nacida en Coyoacán, en la capital de México, se convirtió en una de las máximas personalidades del movimiento surrealista a nivel global. Su casa-museo, conocida como la Casa Azul, es una de las máximas atracciones de la Ciudad de México y uno de los puntos que cualquier amante del arte no puede dejar de visitar. También, para quienes buscan una reunión con la naturaleza en una de las ciudades más pobladas del mundo, Coyoacán pone a disposición de sus visitantes el Jardín Japonés y la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel.
En Colombia, más precisamente en la ciudad de El Socorro, existió una mujer que vivió durante el siglo XVIII y que es considerada una heroína y símbolo del nacionalismo. Se trata de Manuela Beltrán, quien fue la desencadenante de la Revolución Comunera de 1781 durante el gobierno de Carlos II en el en ese entonces Virreinato de Nueva Granada. El casco histórico de la ciudad exhibe una estatua en su honor, en la que se la representa rompiendo el edicto de contribuciones impositivas, hecho que llevó al levantamiento. Debido a que estuvo muy involucrada en las guerras de independencia del país. El Socorro cuenta con una gran cantidad de edificios que fueron casas de los principales actores de las revueltas, así como también múltiples construcciones de carácter religioso.
Nacida como Lucila de María Godoy Alcayaga, Gabriela Mistral fue una de las máximas exponentes de la poesía a nivel mundial. Nacida en la ciudad de Vicuña, en Chile sus escritos le valieron reconocimientos como el Premio Nobel de Literatura en 1945, “debido a su poesía lírica que, inspirada en emociones poderosas, convirtió su nombre en símbolo del idealismo en Latinoamérica”, según reza la organización encargada de su entrega. Para que su legado siga presente en la memoria de los habitantes de su ciudad, se creó el Museo Gabriela Mistral en septiembre de 1957, ocho meses después de su fallecimiento, dedicado fundamentalmente a difundir su vida y sus creaciones, a través de más de mil objetos personales de la autora.
