La Asociación de Importadores, Fabricantes y Comercializadores de Productos Pirotécnicos del Perú (Aimfacopp) y la nueva gestión de la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec) se reunieron hoy para solucionar el impase administrativo y establecer un diálogo permanente entre ambas entidades, confirmando su firme posición del manejo responsable, serio y seguro de los productos pirotécnicos.
El presidente de Aimfacopp, Juan Ricardo Piiroja, y el jefe de la Sucamec, Marco Antonio Roncal Ísmodes, se reunieron en el local de la superintendencia nacional, en Magdalena, y reafirmaron su firme posición de combatir el comercio ilegal de productos pirotécnicos prohibidos, acción que pondrán en práctica en la presente campaña de Año Nuevo 2019.
La situación se tornó insostenible cuando a solo cuatro días del inicio de las fiestas navideñas, la Sucamec solo había autorizado el funcionamiento de tres ferias en Lima y nueve en provincias. Ante la protesta, se llegó a autorizar hasta un día antes de Navidad a un total de 9 ferias en Lima y 18 en provincias. Esto coincidió con el cambio de gestión ante la renuncia del anterior superintendente Juan Alberto Dulanto.
Además de ello, los funcionarios de la gestión anterior no dieron las guías de tránsito, permiso indispensable para que los comerciantes formales puedan trasladar los productos pirotécnicos. O sea, tenían permiso para abrir la feria, pero no poseían la autorización para abastecerlas.
Piiroja, como lo denunció la semana pasada, señaló que en los últimos tres años la gestión de Sucamec perjudicó enormemente al sector pirotécnico de uso recreativo al haber nombrado a personas sin la expertise necesaria en puestos directrices cometiendo todo tipo de arbitrariedades en perjuicio de la pirotecnia responsable y formal.
Explicó, por ejemplo, que la ley establece que una adecuada campaña pirotécnica debe ser trabajada 45 días antes. Sin embargo, los comerciantes formales han tenido solo dos o tres días para trabajar, previo a Navidad. “Los perjudicados no solo han sido los importadores sino la población ya que no tenía dónde ir a comprar productos autorizados. El sector informal sacó provecho de ello e invadió el mercado, con los riesgos consabidos y tragedias como la registrada en Juliaca”, aseveró el presidente de la Aimfacopp.