Si bien este concepto ha sido modificado por el de “Banda Criminal” (Decreto Legislativo Nº 1244) que está referido a aquellos grupos que no necesariamente cumplen con las características de una organización criminal y que se constituyen con la finalidad de cometer delitos de forma concertada, bien podría aplicarse a lo ha venido sucediendo en todo el aparato de justicia de nuestro país.
Jueces de todos los niveles, vocales del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM), fiscales y policías forman parte de urdimbre corrupta que actuaba con total impunidad, traficando fallos judiciales, cambiando resoluciones judiciales a cambio de entradas para el mundial de futbol jugado en Rusia o recomendando a fiscales ante algún vocal del CNM para continuar en el cargo a cambio de diez mil dólares.
Pero también, hay que decirlo, periodistas que se reunían (según algunos de ellos, llevados por el afán de obtener una “primicia”) en opíparos almuerzos con jueces y fiscales para “apoyarlos” con notas de prensa o entrevistas obsecuentes (¿a cambio de nada? Difícil de creer.
Todo eso ya se sabe por los audios difundidos por IDL-reporteros, el Portal Gato Encerrado y el diario El Comercio Sin embargo hay algo que no cuadra. Es imposible aceptar que toda esta gran maraña mafiosa se haya articulado de manera casual.
Para que esta organización funcione con la perfección que ha venido haciéndolo ha tenido que existir un operador que movía todos los hilos imaginables.
Aglutinar hombres de leyes como Walter Ríos, presidente de la Corte Superior de Justicia del Callao; César Hinostroza, Vocal Supremo, Presidente de la Segunda Sala Penal Transitoria de la Corte Suprema de Justicia de la República del Perú y expresidente de la Corte Superior del Callao además de revendedor de entradas para el mundial de Rusia y que también, según la declaración de una colaborador eficaz, coordinaba con Walter Ríos para dar libertad a la gente dedicada al narcotráfico; Guido Aguila, Iván Noguera y Julio Gutiérrez, miembros del CNM suspendidos por supuesto tráfico de influencia: Christian Aguila Grados, hermano del primero, postula al cargo de juez de Familia y fiscal adjunta provincial Cristirosi Morales Fernández, postula al cargo de fiscal titular. Ella es hija del consejero Baltazar Morales, miembro de la comisión permanente de selección y nombramiento de magistrados del CNM.
El entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia Duberlí Rodríguez quien llevado por “su pasión el futbol” se reunía con sus hermanitos en el restaurante Hawaiano de Barranco donde se celebraría el cumpleaños del exfutbolista Héctor Chumpitaz.
A dicha reunión asistieron también el juez supremo Ángel Romero Díaz; el gerente de IZA Motors, Antonio Camayo, el ministro de Justicia, Salvador Heresi y varios futbolistas.
En reunión aparte, Walter Ríos con Manuel Francisco Soto Gamboa, secretario del Minjus e íntimo amigo de Heresi, iba a pedir que interceda por un eventual ascenso para su esposa Maritza Sánchez Liza, quien es defensora pública de ese ministerio.
Por último, como cereza de torta, aparecer Edwin Oviedo que aprovechando su cargo de presidente de la Federación Peruana de Futbol y la cercanía del mundial de Rusia y la tacañez del juez Hinostroza (que hasta consigue gratis un I-Phone para su hija) y le canjea un falló por entradas al mundial de Rusia. Hinostroza resolvió a favor del presidente de la FPF un recurso de casación que presentó ante la Corte Suprema para librarse de la imputación en su contra por su supuesta vinculación a la organización criminal ‘Los Wachiturros’. Días después, según consta en su movimiento migratorio, el juez viajó a Francia, Holanda y luego a Rusia 2018 donde alentó a la selección peruana de fútbol y se dio el lujo de alojarse en el mismo hotel en el que lo hizo la bicolor y los directivos de la federación se instalaron en Moscú.
Como mencionamos al comienzo de esta nota tendría que haber un operador que todo este aparato mafioso funcione a la perfección. Unos señalan a Antonio Camayo de Iza Motors y otros a Mario Mendoza, veterano empresario cercano al partido aprista. Pero quien se lleva las palmas es José Luis Cavassa quien de acuerdo con testigos protegidos y colaboradores eficaces, se había infiltrado el CNM, la ONPE, el JNE, la Corte Suprema y el Ministerio Público.
“Pepe Lucho” Cavassa estuvo relacionado con Vladimiro Montesinos y ahora es coordinador electoral de José Luna Gálvez. Anteriormente fue gerente de gestión electoral de la ONPE, en la gestión de José Portillo ‘Papelito manda».
Toda una joyita.