Putin no hace campaña a un mes de las elecciones rusas

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Sería su cuarto mandato

Sin programa, sin debate y sin ningún adversario de peso, el dirigente ruso Vladimir Putin parece decidido a hacer lo mínimo posible para conseguir un cuarto mandato en las elecciones presidenciales del 18 de marzo.

El presidente, que lleva 18 años en el poder, multiplica las apariciones públicas como jefe de Estado, pero evita las promesas habituales de los candidatos, los baños de multitudes y los mítines electorales.

«Putin no hace una campaña electoral. Cumple con sus obligaciones presidenciales y esa es su campaña», explica el politólogo Andrei Kolesnikov, del instituto de investigación Carnegie. «Es el único candidato sin programa. Es muy preocupante, es una prueba de desprecio hacia su pueblo».

Hay pocas dudas respecto al resultado de los comicios, de los que quedó apartado el principal opositor ruso, Alexéi Navalni, por condenas judiciales. Salvo una enorme sorpresa, Putin será presidente hasta 2024, casi un cuarto de siglo después de suceder a Boris Yeltsin al frente de Rusia.

A un mes de las elecciones, un sondeo publicado el miércoles por el instituto VTsIOM, cercano al gobierno, le atribuye más del 71,5% de las intenciones de voto. Un dato superior al de su resultado en 2012 (63,6% de los votos) y muy por delante de sus adversarios.

Putin rechazó cualquier debate televisivo con sus opositores y se negó a utilizar el tiempo de antena del que disponen todos los candidatos. A pesar de ello, es omnipresente en los canales de televisión que cubren cada uno de sus actos como jefe de Estado.

Putin

En las calles, algunos carteles electorales lo muestran posando delante de un mapa de Rusia con el lema «Un presidente fuerte para un país fuerte».

Pero son más numerosos los carteles de la comisión electoral que animan a los rusas a votar.

El principal reto de Putin es obtener una tasa de participación suficientemente alta para darle legitimidad a unos comicios cuyo resultado parece estar cantado.

«Hemos vuelto a lo que esperábamos haber dejado atrás después de la caída del poder soviético: elecciones rituales en las que el resultado se sabe de antemano», escribió el columnista político Fiodor Krasheninikov, en el semanario opositor New Times.

Campaña ‘civilizada’

En esta campaña electoral sin suspense, la imagen más memorable es la de Putin bañándose en un estanque helado durante la Epifanía ortodoxa.

Cada acto en el que participa está organizado con sumo cuidado, con la prensa mantenida a distancia e invitados entusiastas.

Para el periodista Oleg Kashin, del portal de noticias Republic.ru, Putin «no tiene intención de hacer nada en realidad, y esa es la principal información de estas elecciones presidenciales».

En cuanto a los observadores pro-Kremlin, el politólogo Nikolái Kalmikov celebra que la campaña sea «civilizada».

El presidente hace «un verdadero trabajo concreto que da mejores resultados que intervenciones populistas que buscan ganar uno o dos puntos», opina este experto de la universidad Ranepa.

En ausencia de Navalni, que organizó manifestaciones con decenas de miles de jóvenes el año pasado y llamó a boicotear la votación, Putin debe lidiar con dos nuevos rivales: la opositora liberal Ksenia Sobchak y Pavel Grudinin, un hombre de negocios millonario designado por el partido comunista.

Sobchak, una exestrella de la telerrealidad convertida en periodista, se propone reunir a todos los votantes rusos descontentos con los años de gobierno de Putin.

Grudinin, director del «Sovkhoze Lenin», una empresa productora de frutas y de productos lácteos, está en segundo lugar en los sondeos. A pesar de una cobertura muy negativa en los medios, el instituto VTsIOM le da el 7,3% de las intenciones de voto.

Para el experto Andréi Kolesnikov, la verdadera «incógnita» de esta campaña reside en esos dos candidatos: la capacidad de Ksenia Sobchak para crear un partido liberal tras las elecciones, y la de Grudinin para tomar el relevo al frente del partido comunista de Guenadi Ziuganov, su líder desde la caída de la URSS.

(Fuente: Andina)