Un científico del CONICET trabajó junto a 72 especialistas para llevar adelante una investigación que permite conocer las zonas en las que se alimentan los tiburones y, así, resguardar esas áreas de la pesca
La población mundial de tiburones disminuyó de manera significativa en las últimas cinco décadas por lo que las medidas para su protección deben ser cada vez más precisas y efectivas. En este marco, un grupo de especialistas provenientes de 21 países lograron conocer dónde se alimenta una gran cantidad de especies de tiburones a nivel global dando, así, un primer paso para poder planificar su conservación.
En diálogo con Agencia CTyS-UNLaM, Javier Ciancio, investigador adjunto del Centro para el Estudio de los Sistemas Marinos (CESIMAR-CONICET), explica que se realizaron análisis de isótopos estables de carbono para determinar áreas de alimentación en 116 de las aproximadamente 500 especies conocidas.
Los isótopos son átomos similares de un elemento químico que se utilizan en ecología trófica para rastrear patrones de alimentación y distribución de los organismos. Para esta investigación, se recurrió al carbono del fitoplancton, que llega a los tiburones a través de lo que comen. De este modo, se construyó un mapa global de concentración y se estimó la zona de alimentación de estos animales.
“Cuando no conocemos mucho de la especie y estamos acostumbrados a verlas en una región en particular, creemos que ése es su hábitat natural o es donde obtiene la mayor parte de su alimento, pero, en realidad, puede que no lo sea”, comenta Ciancio, quien agrega que este metaanálisis permite conocer de qué lugar del mar obtienen la mayor parte de su alimento los tiburones y proteger dichas zonas para evitar que sean víctimas de la pesca accidental.
Los resultados demuestran que los tiburones oceánicos obtienen su alimento en zonas ubicadas entre las latitudes intermedias de todos los mares del mundo las que resultan ser altamente productivas de especies que consume el hombre, por lo que presentan altos índices de by catch de tiburones (pesca por error de una especie mientras se pesca a otra). Por otra parte, muchas de las áreas marinas protegidas que se están implementando no contemplan estas regiones. En otras palabras: se están protegiendo regiones cruciales para muchas especies de tiburones que realizan importantes migraciones.
La situación se vuelve más problemática ya que, como remarca el investigador del CESIMAR, los tiburones poseen períodos de cría largos y baja fecundidad. Dentro de los peces, los tiburones son una de las especies que tienen tasas de reproducción y crecimiento más lentas y, además, alcanzan su edad reproductiva recién después de varios años de maduración. Compensar la muerte de uno puede llevar varios años, por lo tanto son muy susceptibles a la mortalidad por pesca. Por ese motivo, los investigadores esperan que la información obtenida en este estudio pueda ser útil para mejorar su conservación.